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Alemania es una sociedad multilingüe, pero el acceso a la sanidad suele ser frustrante para quienes no hablan alemán. El gobierno está planeando introducir servicios de traducción, pero aún no lo ha hecho.Hedvig Skirgard, lingüista postdoctoral sueca que vive en Leipzig, llevaba sólo unos meses en Alemania cuando necesitó ir al médico. La experiencia todavía le sigue preocupando, tras varios años viviendo y trabajando en el país.
“Mi médico me recomendó a algunos especialistas”, dijo. “Me puse en contacto con ellos a través del traductor de Google y del poco alemán que había aprendido. Les pregunté si podían hablar en inglés conmigo, pero ninguno de ellos podía, a pesar de que el uso del inglés despunta desde hace tiempo en Alemania. Pregunté si había algún servicio de interpretación disponible, pero no lo había. Un especialista me sugirió que trajera a un amigo o familiar para que tradujera. Pero eso no fue posible: no tengo familia aquí, ni ningún amigo con el que me sentiría cómoda para llevar a una conversación médica íntima”.
Lo más extraño, recuerda, fue la impresión que tuvo de que los médicos no parecían saber qué hacer cuando no comparten un idioma con sus pacientes: “¿Podía ser la primera inmigrante en mi ciudad en someterse a un procedimiento médico sin tener conocimientos avanzados de alemán? Seguramente no”.
Es casi seguro que Skirgard no lo era: la Oficina Federal de Estadística de Alemania descubrió en 2023 que alrededor del 15% de las personas que viven en Alemania no hablan principalmente alemán en casa. Y, sin embargo, la mujer se quedó un poco desconcertada al descubrir que hay pocos proyectos en marcha para la atención médica cuando los pacientes no hablan alemán. Y los que hay son poco conocidos. Finalmente, Skirgard encontró una base de datos de médicos que hablan diferentes idiomas, aunque su propio doctor no sabía que existía.
“Fue estresante y aterrador, y espero que esto no le pase a nadie más. Conozco otros casos que no han ido tan bien”, dijo. “Los médicos se sienten acosados y presionados para brindar atención fuera de su ‘zona de confort’ y de sus capacidades”.
Traducción en servicios de salud en otros países
Parece que la mayoría de los médicos alemanes están de acuerdo: en mayo de este año, la conferencia de médicos de la Asociación Médica Alemana votó a favor de dos mociones que exigían servicios de interpretación gratuitos y profesionales, con el argumento de que la falta de tales servicios les dificulta hacer su trabajo.
“Todos los días, los médicos tratamos a pacientes cuya lengua materna no es el alemán”, alegaba una de las mociones. “A menudo, la comunicación sólo es posible con la ayuda de familiares o compañeros médicos, personal de enfermería o personal de servicio. Esta mediación lingüística poco profesional no sólo supone una carga para el traductor, sino también para el equipo médico y los pacientes, y complica el diagnóstico o el tratamiento adecuado”.
Este tipo de servicios no son una idea nueva. En otros países europeos, es el sistema sanitario, y no el paciente, el que debe encontrar un lenguaje común: en Suecia, donde nació Skirgard, existe un sistema centralizado que permite a los médicos concertar una conferencia telefónica con un intérprete si tienen una cita con un paciente que no habla sueco. En Noruega, los pacientes tienen el derecho legal de recibir información sobre su salud y su tratamiento médico en un idioma que comprendan, mientras que el Servicio de Salud irlandés ha publicado directrices sobre cómo los médicos deben encontrar intérpretes. En Alemania, por el contrario, los médicos y los pacientes se ven obligados a arreglárselas como puedan, a veces recurriendo a organizaciones benéficas y voluntarios como Communication in Medical Settings, un grupo universitario con sede en Leipzig que organiza servicios de interpretación para las consultas médicas, sobre todo para refugiados y solicitantes de asilo.
“Nos consideramos como un recurso alternativo para cubrir el vacío de unas traducciones que deberían realizarse y pagarse de forma profesional”, explica a DW Paulina, de Communication in Medical Settings. “Pero vemos que el vacío existe, porque ni el Estado, ni las aseguradoras sanitarias, ni los consultorios médicos ni los hospitales se hacen cargo de asumir los costes”.
¿Es necesario tener servicio de traducción?
El gobierno del canciller Olaf Scholz es consciente del problema y prometió en su convenio de coalición de gobierno que las aseguradoras sanitarias estatales nacionales cubrirían el coste de los servicios de traducción. Un portavoz del Ministerio de Sanidad alemán confirmó a DW que esto sigue formando parte del plan y recomendaría que los partidos de la coalición lo introdujeran en la Ley de Fortalecimiento de la Asistencia Sanitaria. Pero esto no ha sucedido todavía y parece que ha sido bloqueado por los desacuerdos en la propia coalición.
Bernd Meyer, profesor de comunicación intercultural de la Universidad de Maguncia, estudia desde hace años cuestiones relacionadas con la lengua, la integración y la cultura. Es coautor de un libro de recomendaciones idiomáticas en las instituciones públicas. El año pasado fue invitado al Bundestag para explicar por qué la medida es tan necesaria.
“Todo el mundo dice que esto es un problema y que hay que solucionarlo”, dijo a DW. “Pero hay un problema en la implementación política”. Aunque sostiene que proporcionar tales servicios sería relativamente barato, en relación al costo total del sistema de salud, su opinión es que la coalición había decidido, como remarca el propio Meyer, que los servicios de traducción se consideran algo “que estaría bien tener”, en lugar de algo “necesario tener”. “Básicamente, se bloquearon en toda la discusión sobre el presupuesto y el freno de la deuda”, dijo.
Vivir en Alemania y no hablar alemán: ¿beneficia eso a los migrantes?
Pero como Skirgard y otros han señalado, Alemania está tratando actualmente de atraer mano de obra cualificada. Según el Instituto Económico Alemán (IW), en 2023 no se podían cubrir unos 570.000 puestos de trabajo y, como consecuencia, las empresas estaban pasando apuros. En septiembre, el canciller Scholz firmó un acuerdo de mano de obra calificada con Kenia para ayudar a cerrar esa brecha.
Por supuesto, algunos dirán que el alemán es el idioma oficial en Alemania y que cualquiera que viva aquí tiene que aprenderlo (incluso se puede aprender alemán “jugando”). “Oh, estoy de acuerdo, eso es cien por cien cierto”, dijo Skirgard. “Pero cuando alguien llega el primer mes desde Kenia y se rompe un hueso, ¿no debería recibir atención aunque no haya completado ningún curso intensivo de alemán todavía? Creo que si Alemania quiere ser un país que atraiga inmigrantes cualificados, entonces la traducción podría ser una ‘necesidad’ y no algo que ‘estaría bien’ tener”.
De hecho, como suelen señalar investigadores como Meyer, la realidad es que Alemania es una sociedad multilingüe. Mucha gente pasa su vida hablando poco alemán: durante su investigación en un hospital, Meyer conoció a un portugués de 60 años que había sufrido un infarto y que apenas sabía alemán, y había pasado más de 30 años trabajando en un matadero alemán. “Básicamente llevaba cerdos partidos por la mitad todo el día y por las noches iba a un club social portugués y veía fútbol”, dijo. “Nunca tuvo mucho contacto con alemanes. ¿Por qué debería tenerlo? Su vida era normal. Nunca tuvo que aprender alemán”.
A pesar de que Skirgard, como lingüista, ha aprendido alemán en sus cuatro años aquí, también lo usa raramente en su vida laboral en la universidad donde trabaja. “Se puede decir que eso es malo y que no debería ser así, y puedo entender completamente esa perspectiva”, dijo. “Pero esa es la situación, así que ¿cómo se enfrenta uno a lo que está sucediendo en lugar de lo que uno quiere que suceda?”.
(lgccp/)