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El contrato de Jamal Musiala con el Bayern Múnich entra en una fase crítica, y todos los involucrados lo saben. Pero no son los competidores, sino el propio Bayern, el que parece poner obstáculos a la ansiada renovación.El todopoderoso Bayern Múnich tiene un gran sueño. Y no hablamos de ganar en casa la próxima Champions League, o siquiera de, tal y como fueron las cosas el anterior torneo, conquistar el titulo que fuera. La máxima ensoñación de la directiva bávara está en encontrar al sucesor de Thomas Müller como nueva inspiración del club tras la inminente retirada del veterano mediapunta alemán, anunciada para finales de esta temporada.
El éxtasis de la directiva muniquesa ya tiene su arcángel, con nombre y apellido: Jamal Musiala. “A su historia con el Bayern todavía le falta mucho”, dijo en plena iluminación el consejero deportivo del Bayern, Max Eberl. Y sin embargo, altas son las montañas y oscuras las nubes en el horizonte entre tal exaltación y la realidad.
El problema de los millones
Jamal Musiala tiene contrato firmado con el Bayern Múnich hasta el 30 de junio de 2026. El salario anual del jugador está actualmente tasado en cinco millones de euros por el sitio especializado Capology. Comparado con los 25 millones que cobra Harry Kane, o siquiera con los 20 millones de Leroy Sané, el de Jamal Musiala es un sueldo que ya no corresponde a la jerarquía del ofensivo nacido en Fulda.
Jamal Musiala incluso gana menos que el recién fichado Michael Olise. Musiala, a quien el Bayern Múnich veía como candidato al Balón de Oro, es el jugador 42 en la lista de mejor pagados de la Bundesliga. La situación actual de su contrato es ya insostenible, y fuerza a la renegociación urgente, pese a lo que supone el presidente del Bayern, Herbert Hainer.
Las condiciones de Jamal Musiala
La primera condición para que el Bayern Múnich lograra su sueño de renovar con su estrella juvenil sería que las arcas del club alemán estuvieron no solo llenas, sino rebosantes. El Bayern Múnich, como se sabe, es un club financieramente sano. Pero en el mundo del fútbol, hay una gran diferencia entre la salud contable y la bonanza.
¿Cuánto necesitaría el Bayern Múnich para lograr que Jamal Musiala aceptara renovar? Imposible saberlo con absoluta precisión, pues para ello habría que tomar en cuenta la puja entre clubes como el Real Madrid, el FC Barcelona o el Arsenal -presuntos interesados- contra el propio Bayern Múnich. Lo que parece difícil es imaginarse un fichaje por una cantidad menor a 100 millones de euros.
Si se quisiese emparejar los sueldos de Musiala y Sané (el escenario más conservador), el Bayern debería desembolsar precisamente esos 100 millones de euros, repartidos en un imaginario contrato de cinco años. Y aquí viene la siguiente amenaza a las ensoñaciones bávaras.
Monstruosa masa salarial
¿Tiene el Bayern Múnich condiciones para ir “all in” por Musiala, como lo hizo con Harry Kane? La respuesta en principio la dio el patriarca del Bayern, Uli Hoeness, quien dijo hace unos días que el club “no tiene a nadie que defeque dinero”, en sardónica alusión a la capacidad de clubes como el Manchester City.
Pero más allá, el Bayern Múnich parece presa de su propia trampa. En la tabla de salarios de la Bundesliga, el club hegemónico del fútbol alemán ocupa las primeras 13 posiciones. El Bayern le paga más de 20 millones de euros anuales no solo a Kane y a Sané, sino también a los veteranos Manuel Neuer y Thomas Müller.
Por si fuera poco, otro de los mejor asalariados es Joshua Kimmich, que también debe renovar (y renegociar) en el último año de su contrato, lo mismo que Alphonso Davies. En conjunto, el Bayern tiene hoy por hoy una enorme masa salarial, que en estos momentos supera los 185 millones de euros anuales ya comprometidos, tan solo para sus 10 jugadores mejor pagados.
Más obstáculos a futuro
Y lo que es peor, algunos de esos salarios son cobrados por jugadores de futuro aún incierto, como Sané (lesionado y en recuperación), Kim Min-jae (con fallas defensivas), o Leon Goretzka y Serge Gnabry (con violentos altibajos de desempeño). Los millones que el Bayern necesitaría para renovar a Jamal Musiala deberían venir, en principio, de limpiar esa masa salarial que no rinde.
En cambio, y según sus propias declaraciones, Eberl y el Bayern Múnich van por la ruta contraria: también sueñan con renovar con Kimmich y con Sané, con lo cual el club haría más pesada el ancla salarial y complicaría la negociación con Musiala.
En pocas palabras, el mayor enemigo del Bayern Múnich en la carrera por renovar a Jamal Musiala es el propio club alemán, que además no pudo o no quiso traspasar a Gnabry, Comán y Goretzka en la pasada ventana de fichajes. La trampa parece perfecta, y podría acabar más pronto que tarde con su ensoñación angelical por Jamal Musiala.