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El campeón del mundo en lanzamiento de bala Niko Kappel busca el oro en los Juegos Paralímpicos de París. El paratleta confía que este éxito lo ayude a derribar prejuicios en la sociedad.”Mi padre me decía: cuando seas mayor, tendrás que trabajar”, recuerda Niko Kappel en una entrevista con DW. Eso fue hace más de 20 años; el paratleta tiene ahora 29 y mide 1,41 metros. “Me he quedado pequeño y ahora todavía tengo que trabajar”, ríe.
Kappel se formó en el sector de la banca, pero en lugar de estar en una oficina, pasa el día en una sala de entrenamiento y el gimnasio de su club, el VfB Stuttgart, para deportistas profesionales.
En mayo de este año, este lanzador de bala paralímpico ganó por segunda vez desde 2017 el título mundial en su clase F41, una de las subclases para atletas que padecen enanismo, en los Campeonatos Mundiales del Deporte Paralímpico de Japón. En Kobe, la bola aterrizó a 14,23 metros, aunque este no fue su récord, ya que dos semanas antes logró un lanzamiento de 15,07 metros. “Fue algo muy especial para mí y para mi equipo”, dice.
Un futuro nunca soñado
De niño, este joven nunca habría soñado que algún día sería uno de los mejores lanzadores de peso del mundo, porque en su juventud, el fútbol dominaba su vida cotidiana. “Jugué en un equipo normal como delantero. Fue una época muy especial y muy buena para mí”.
En los Juegos Paralímpicos de Pekín de 2008, las pruebas para atletas de baja estatura despertaron su interés. “Vi la oportunidad de competir con mis iguales, con los mejores del mundo. Vi a ‘Matze’ Mester, que ganó la plata en jabalina, y entonces quise intentarlo”. Kappel probó muchas cosas, pero como solo la jabalina y el lanzamiento de peso son pruebas paralímpicas para atletas de baja estatura, al final “me quedé con el lanzamiento”, dice.
Desde entonces, ha aprendido a amar el deporte que ha elegido. “La fascinación es perfeccionar el movimiento, transferir la máxima velocidad a la bola desde el aro de lanzamiento, desde mi movimiento”, explica Kappel a DW.
En el lanzamiento de peso ha encontrado un deporte que le gusta de verdad y que le supone un reto diario. “No nos hemos puesto ningún límite y queremos averiguar hasta dónde podemos llegar”, afirma el lanzador de peso, que quiere seguir mejorando su actual récord mundial.
“Podemos tener un impacto en la sociedad”
Para Kappel, sin embargo, el deporte no es sólo cuestión de centímetros o de ganar o perder, sino que puede contribuir de manera importante a la cohesión social. Por eso, Kappel da charlas o visita colegios para enseñar a los niños en particular los valores del deporte.
“Independientemente de que seas una persona con discapacidad o no, aprendes a mostrar consideración por los demás, aprendes a trabajar en equipo y a tratarte con respeto”, indica Kappel. “Son virtudes enormemente importantes para nuestra vida social”.
El paratleta también intenta utilizar su rol para acabar con los prejuicios y las inseguridades hacia las personas con discapacidad. “Considero que nuestro trabajo consiste en demostrar a la gente que no tiene por qué tener miedo de tratar con nosotros”, explica. El tema de la inclusión se ha vuelto muy político, dice Kappel. “¿Puedo hablar con él? ¿Puedo preguntarle cómo es ser más pequeño o seré puesto en la picota?”
El deporte paralímpico quiere enviar un mensaje claro: “Somos como los demás. Queremos ser los mejores, independientemente de que tengamos una pierna o no tengamos, o seamos un poco más pequeños que los demás. No hay ninguna diferencia. Lo que cuenta es el tiempo o la distancia”, dice Kappel. “Creo que si podemos comunicar esto y empezar a hablar del deporte y no del tipo de discapacidad, entonces sí que podemos tener un impacto en la sociedad”.
(aag/ers)