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Exposición en Leipzig: las mujeres de la familia Bach

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Johann Sebastian Bach es uno de los compositores más conocidos del mundo, pero poco se sabe de las mujeres de su familia.Anna Magdalena Wilcke (1701-1760) fue una conocida soprano del siglo XVIII, pero no ha pasado a la historia como música, sino como la segunda esposa de Johann Sebastian Bach, con quien contrajo matrimonio en 1721.

Solo a partir de los años setenta, la investigación musical en Europa empezó a centrarse más intensamente en las mujeres que componían e interpretaban música. «Las primeras a las que se prestó atención fue a las mujeres relacionadas con hombres (músicos), como Anna Magdalena Bach», explica Kerstin Wiese, directora del Museo Bach, que forma parte del Archivo e Instituto de Investigación Bach de Leipzig.

Dar voz a las mujeres

Maria Hübner, investigadora y antigua empleada del Archivo Bach, ha logrado localizar a 33 mujeres de la familia Bach y ha publicado las historias de sus vidas en el libro «Las mujeres de la familia Bach».

Una pequeña exposición, que se exhibe en el Museo Bach de Leipzig, se basa en las investigaciones de Hübner. El objetivo de su directora, Kerstin Wiese, es presentar a las mujeres Bach como personalidades con entidad propia. «Al fin y al cabo, hoy en día las mujeres siguen estando eclipsadas por los hombres en la vida musical», afirma la directora del museo.

Los nombres de Anna Carolina Philippina Bach, Maria Salome Bach, Cecilia Bach y Catharina Dorothea Bach apenas son conocidos. Sin embargo, estas mujeres Bach no sólo apoyaban la vida profesional de sus maridos y padres compositores, sino que también llevaban las riendas de la familia.

Además, escribían partituras con bella caligrafía, gestionaban cuestiones relativas al negocio musical y publicaron póstumamente las obras de los hombres de la familia. Por último, pero no por ello menos importante, algunas de ellas eran también intérpretes y compositoras.

Cecilia Grassi, por ejemplo, era una famosa soprano italiana que actuaba en la Ópera de Venecia cuando conoció a su futuro marido, Johann Christian Bach, el hijo menor de Johann Sebastian. Tras su muerte, esta mujer se aseguró de que una de las óperas de su marido se interpretara tal y como él había indicado en la partitura.

Cómo cayeron las mujeres en el olvido

Algunas de estas mujeres aparecen en obras de referencia del siglo XVIII. «En la enciclopedia musical de Gottfried Walther de 1732, se puede encontrar toda una serie de intérpretes, compositoras y obras que compusieron», explica Kerstin Wiese. Pero, en el siglo XIX, estas mujeres desaparecieron de la literatura.

El autor belga August Gathy incluso llega a negar toda musicalidad a las mujeres Bach en su «Enciclopedia para toda la ciencia de la música» de 1835. Solo los hijos de Bach son mencionados como descendientes con talento. «Probablemente, Gathy ni siquiera se ocupó de las hijas, sino que, sencillamente, hizo esta afirmación como un prejuicio», dice Wiese.

Difícil situación de las fuentes para la investigación sobre Bach

Apenas hay fuentes sobre la vida de Johann Sebastian Bach, y mucho menos sobre las mujeres de su familia. Cada nuevo descubrimiento, cada nuevo conocimiento sobre el compositor barroco es celebrado por los aficionados a Bach.

Se conserva una carta personal de la pluma de Bach, en la que habla de su familia musical, junto a la que podía dar sus propios conciertos. Hacer música juntos era habitual en las reuniones anuales de la extensa familia Bach.

En esa carta a un amigo del colegio, Bach también menciona explícitamente a su esposa, Anna Magdalena, y a su hija mayor, Catharina Dorothea. Escribe que su mujer canta «correctamente» como «soprano» y menciona que su «hija mayor tampoco afina nada mal», un cumplido bastante positivo para aquellos tiempos.

En una canción humorística que Bach escribió para una de estas reuniones familiares, nos enteramos de que un dueño de caballos pinchaba con un tenedor y se burlaba de su hermana Maria Salome. «Conocemos a los hermanos de Johann Sebastian Bach, pero casi nadie conoce a Maria Salome», dice Kerstin Wiese, del Archivo Bach. «Me gustaría que se supiera que tuvo una hermana».

La colección Koopman

Anna Carolina Philippina Bach era nieta de Johann Sebastian Bach. Trabajó para su padre, Carl Philipp Emanuel Bach, que en el siglo XVIII fue aún más famoso que su padre, Johann Sebastian. Anna Carolina Philippina organizaba la correspondencia y estaba en contacto con editores de música, músicos y copistas. Tras la muerte de su padre, continuó su negocio de distribución de música.

Una silueta de 1776 muestra su retrato. Es uno de los pocos retratos que existen de las mujeres de la familia Bach. Otras imágenes de la exposición que muestran otras mujeres haciendo música proceden de la colección de Ton Koopman.

Este director y organista holandés es presidente del Archivo Bach de Leipzig y un apasionado coleccionista de música. Ha cedido 25 retratos de mujeres de su extensa colección de grabados para la exposición. «Compré todo lo que tenía que ver con música y luego lo investigué. Yo mismo me sorprendí de la cantidad de retratos interesantes de mujeres que hay, incluidos los de mujeres que hacen música», explica a DW este hombre de 79 años.

Anna Magdalena Bach

El ejemplo de Anna Magdalena Bach demuestra la importancia que tuvieron algunas mujeres músicas en el siglo XVIII. Aunque no hay pruebas directas de cuán conocida era en su época, las anotaciones en los libros de salarios de la corte sugieren que sí lo era.

Johann Sebastian Bach y Anna Magdalena se conocieron en la corte del príncipe Leopoldo de Anhalt-Köthen, donde Bach trabajaba como director musical desde 1717. Anna Magdalena era allí cantante, mientras que su padre tocaba la trompeta de la corte en la capilla. Las nóminas muestran que Anna Magdalena ganaba el doble que su padre y recibía el tercer sueldo más alto de la corte después de Bach. Solo este dato, demuestra lo apreciada que era su voz.

Cuando Bach asumió el cargo de Cantor en Santo Tomás de Leipzig, en 1723, no sólo era responsable del coro de niños, sino también de toda la música de la ciudad de Leipzig. A partir de entonces, Anna Magdalena Bach ya no pudo actuar en público en la ciudad.

Tras la muerte de Bach, Anna Magdalena se aseguró de que su famosa obra «El arte de la fuga» se publicara póstumamente. Además, su nombre ha dejado huella a lo largo de los siglos gracias al «Cuaderno de música Anna Magdalena Bach», con composiciones que forman parte de la literatura pianística de todos los principiantes del teclado.

La exposición en el Museo Bach de Leipzig podrá verse hasta el 10 de noviembre de 2024.

(rml)

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