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El temible «pájaro dinosaurio» australiano se enfrenta a la extinción

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Con patas de velociraptor y un llamativo cuello azul neón, el casuario austral es una figura temible en las selvas del noreste de Australia. Un grupo comunitario pone manos a la obra para su conservación.Cuando se trata del casuario austral, es mejor admirar a estos pájaro de tamaño humano -y sus afiladas garras de 10 centímetros- desde lejos. «Es un dinosaurio moderno”, afirma Peter Rowles, el presidente de un grupo comunitario que protege a estas aves en peligro de extinción.

Son ferozmente territoriales, cuando se ven amenazadas silban y emiten un estruendo profundo.

«La primera vez que las miras a los ojos pueden resultar intimidante, porque tienen ojos grandes, te miran directamente y parecen un poco feroces”, explica Rowles.

Estas aves no voladoras con patas de velociraptor sólo se encuentran en Australia, Nueva Guinea y algunas islas del Pacífico. El gobierno australiano las considera en peligro de extinción y calcula que quedan unas 4.500 en libertad.

Ponen manos a la obra

Se les considera una «especie clave”, lo que significa que desempeñan un papel vital en el mantenimiento de la biodiversidad ya que ayudan a esparcir las semillas en la selva tropical.

Si los casuarios se extinguen, la selva tropical sufrirá las consecuencias. «Pensamos que si podemos salvar a los casuarios, también podríamos salvar el hábitat suficiente para mantener vivas a muchas otras especies”, explica Rowles.

Su grupo está haciendo todo lo posible para salvar a estas formidables aves, que miden 1,5 metros de altura y pueden pesar hasta 75 kilos. Por ejemplo, colocando señales que insten a los conductores a reducir la velocidad, rediseñando las carreteras para proteger mejor su hábitat y organizando un hospital para casuarios heridos.

Las principales amenazas para el casuario son los atropellos, la tala de su hábitat, los ataques de perros y el cambio climático.

«Los casuarios no son agresivos cuando se les trata bien, afirma Rowles, y se han registrado pocas muertes causadas por esta especie.

Un joven australiano murió en 1926 tras perseguir al ave, que le seccionó la yugular, mientras que un hombre de Florida murió en 2019 al ser atacado por su casuario mascota.

ee (afp, wwf)

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