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Racismo y pobreza, dos caras de la misma moneda en Alemania

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Las personas afrodescendientes, musulmanas y asiáticas corren más riesgo de pobreza en Alemania, según un estudio. Ni siquiera una buena educación las protege suficientemente.El racismo está muy extendido en Alemania. Pero, ¿qué consecuencias concretas tiene para los afectados? El Centro Alemán para la Investigación sobre Integración y Migración (DeZIM) en Berlín aborda esta cuestión.

Las científicas sociales Zerrin Salikutluk y Klara Podkowik, del Centro Alemán de Investigación sobre Integración y Migración (DeZIM), en Berlín, buscaban establecer si existe una conexión entre el racismo y el riesgo de pobreza. La respuesta: sí.

Los análisis se basan en el Observatorio Nacional de la Discriminación y el Racismo (NaDiRa), del que Salikutluk es corresponsable. «Si una mira las estadísticas oficiales o los informes del Gobierno sobre pobreza y riqueza, la mayoría se desglosa en función del trasfondo migratorio y de si se tiene o no la nacionalidad alemana. Sobre lo que no podíamos decir nada, hasta ahora, es sobre cómo les va a las personas afectadas por el racismo en Alemania».

Discriminación cotidiana

Zerrin Salikutluk explica a DW que se examinaron diversos ámbitos: el sistema educativo, el mercado laboral, el mercado de la vivienda y el sector sanitario. Otros estudios ya han demostrado que existe discriminación a la hora de buscar trabajo, por ejemplo. Todo ello aumenta el riesgo de tener que vivir por debajo del umbral de la pobreza.

En Alemania, se considera que una persona está en riesgo de pobreza si dispone de menos del 60 por ciento de los ingresos medios. En 2023, esta cifra ascendía a 1.310 euros al mes. Y el 5 por ciento de los alemanes sin antecedentes migratorios declaraba tener ingresos inferiores, a pesar de tener un trabajo a tiempo completo. Para las personas negras, musulmanas y asiáticas, en cambio, el promedio subía al 20 por ciento.

Con buena formación, pero en riesgo de pobreza

Incluso una buena formación -desde un título de maestro de un oficio hasta un doctorado- sólo proporciona una protección limitada contra la precariedad económica. En el momento de la encuesta, el 5 por ciento de los alemanes sin antecedentes migratorios se describían a sí mismos como personas en riesgo de pobreza. En cambio, las víctimas del racismo tenían un riesgo entre dos y siete veces mayor.

Con un 33 por ciento, los hombres musulmanes aparecen claramente como los más afectados. La coautora del estudio, Zerrin Salikutluk, tiene una explicación: alrededor del 20 por ciento de los musulmanes encuestados llegó a Alemania a partir de 2013, principalmente desde Siria y Afganistán. Es decir, de países gravemente afectados por la guerra y la pobreza. «Y ya se sabe que los refugiados tienen más riesgo de pobreza debido a su difícil acceso al mercado laboral, por ejemplo».

Cómo reducir la pobreza entre la población inmigrante

Pero este problema no lo enfrentan solo los refugiados, las personas con raíces extranjeras que llevan mucho más tiempo viviendo en Alemania o han nacido en el país y tienen la nacionalidad alemana también siguen siendo discriminadas.

Salikutluk se refiere a experimentos en los que se enviaron documentos de solicitud de empleo idénticos con nombres diferentes. El resultado: «Las personas que tienen un nombre que suena turco, por ejemplo, tienen menos posibilidades de ser invitadas a una entrevista de trabajo».

En opinión de la socióloga, los resultados de la encuesta subrayan la necesidad de tomar medidas específicas para combatir la pobreza y promover la igualdad de oportunidades de grupos desfavorecidos. En particular, deberían reconocerse las cualificaciones educativas y profesionales adquiridas en el extranjero.

«Esto aceleraría la participación de refugiados y otros inmigrantes en el mercado laboral alemán y daría a los trabajadores cualificados con títulos extranjeros acceso a profesiones adecuadas», concluye el estudio.

Para una integración más rápida en el mercado laboral, Salikutluk desearía un acceso más rápido a cursos de idiomas y de integración cultural. Al fin y al cabo, la elevada tasa de pobreza entre los refugiados sólo puede reducirse si se garantiza que los ingresos procedentes de un empleo remunerado cubran sus gastos de subsistencia.

(jov/rml)

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