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Por primera vez desde la invasión de Ucrania, Rusia realizará maniobras con armas nucleares tácticas. ¿Existe una amenaza de escalada?El 6 de mayo, un día antes de la nueva investidura del presidente ruso Vladimir Putin, el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa anunció que preparaba maniobras con armas nucleares tácticas cerca de la frontera ucraniana, «en un futuro próximo». Estos ejercicios tendrán lugar por primera vez desde la invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa.
Las maniobras serán llevadas a cabo por unidades de misiles del «Distrito Militar Sur» (defensa antiaérea), con la participación de las fuerzas aéreas y navales, con el objetivo de «aumentar la preparación de las fuerzas nucleares no estratégicas».
Además de las regiones rusas, la zona de defensa aérea rusa incluye Crimea, anexionada en 2014, y las cuatro regiones ucranianas del sureste, parcialmente ocupadas por Rusia en 2022.
Amenazas nucleares de Moscú y críticas a Occidente
Si bien Vladimir Putin aún no ha amenazado abiertamente con un ataque nuclear, sí ha advertido a Occidente de la posibilidad de una guerra nuclear en caso de enfrentamiento directo con Rusia.
El expresidente ruso y vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Dmitri Medvedev, empero, ha amenazado abiertamente con el uso de armas nucleares en varias ocasiones.
El 6 de mayo, Medvedev volvió a hacer una declaración similar, vinculando la decisión de realizar maniobras con armas nucleares tácticas al debate en Occidente sobre si era permisible que los Estados occidentales enviaran tropas terrestres a Ucrania.
El portavoz de prensa de Putin, Dmitri Peskov, también relacionó las maniobras nucleares con declaraciones de políticos occidentales sobre un posible despliegue de tropas en Ucrania, mencionando en particular al presidente francés, Emmanuel Macron. Peskov habló de una «nueva ronda de escalada de tensiones».
¿Qué son las armas nucleares tácticas?
Se consideran armas nucleares tácticas las cabezas nucleares para sistemas de misiles terrestres con un alcance de hasta 500 kilómetros y los sistemas de misiles lanzados desde el mar o el aire con un alcance de hasta 600 kilómetros.
Sin embargo, no existen límites claros para la clasificación. Por ello, algunas fuentes clasifican los nuevos misiles de crucero rusos Kalibr y el misil hipersónico Kinschal, con un alcance de hasta varios miles de kilómetros, como armas nucleares tácticas.
Usarlas en Ucrania «no tiene sentido»
Los expertos entrevistados por DW coinciden en que el uso de armas nucleares en Ucrania es improbable y también inútil. «Desde un punto de vista militar, el uso de armas nucleares por parte de Rusia en Ucrania no tiene sentido bajo ninguna circunstancia», afirma Pavel Podvig, investigador principal del Instituto de Investigación sobre el Desarme de la ONU. Nada ha cambiado a este respecto.
Rusia no podrá practicar ataques durante sus maniobras, sino sólo el procedimiento para su uso, según el experto. «Esto se debe a que las ojivas no estratégicas se almacenan normalmente separadas de los misiles y aviones que pueden dispararlas», afirma Podvig.
«Nunca ha habido planes de utilizar armas nucleares en Ucrania», asegura Nikolai Sokov, investigador del Centro de Viena para el Desarme y la No Proliferación.
«Una advertencia a Occidente»
Desde el comienzo de la invasión rusa, en Occidente se teme una «escalada nuclear». Según políticos y expertos occidentales, ésta es precisamente la razón por la que se ha suministrado armas a Ucrania de forma lenta y limitada.
Según Mathieu Boulègue, del American Wilson Centre, la maniobra nuclear rusa hace parte de la «constante intimidación por parte del Kremlin», con el objetivo de minar la determinación de Occidente de apoyar a Ucrania.
Para Boulègue, Putin también quiere presentarse como un «líder fuerte» con las maniobras, especialmente en vísperas del «Día de la Victoria sobre la Alemania nazi», que se celebra en Rusia el 9 de mayo.
Los expertos suponen que los ejercicios nucleares de Rusia son «una señal y una advertencia a Occidente». Por último, Pavel Podvig subraya que «no hay nada bueno en esta señal política, pero debemos intentar tomarla con la mayor sobriedad posible».
(jov/rml)