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La crisis del Bayern Múnich llega a un punto crítico

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Lejos de la cima en la Bundesliga, derrotados en la Liga de Campeones, fuera de la Copa de Alemania. Para los bávaros, acostumbrados al éxito, la temporada podría terminar sin títulos. ¿Qué hay detrás de esta debacle?Hay que viajar casi nueve años atrás en el tiempo para encontrar la última vez que Bayern Múnich sufrió tres derrotas consecutivas. Fue en la primavera de 2015, con Pep Guardiola en la banca. La historia se repitió el pasado fin de semana ante el VfL Bochum en la Bundesliga, cuando fueron vencidos y quedaron a ocho puntos del líder, Bayer Leverkusen. Ya eliminados de la Copa de Alemania en noviembre, corren también el riesgo de quedar fuera de la Liga de Campeones tras caer en el partido de ida en octavos de final contra Lazio, en Roma.

¿Cuánta culpa tiene el técnico Thomas Tuchel?

Hace menos de un año, Thomas Tuchel reemplazó inesperadamente a Julian Nagelsmann como técnico del Bayern. Para entonces, el equipo seguía en la carrera por el título en todos los frentes. El entonces director deportivo del club, Hasan Salihamidzic, dijo sobre la salida de Nagelsmann que «el rendimiento del equipo no había mejorado» bajo su mando. Un año después, está claro que esa frase se puede aplicar perfectamente también al trabajo de Tuchel.

Si se toma el promedio de puntos, Tuchel es el peor entrenador del Bayern desde Jürgen Klinsmann, en 2009. En lugar de éxitos y buen fútbol, el estratega ha destacado más por su impotencia y sensibilidad. Frases como «no sé por qué perdimos el hilo en la segunda parte, no tengo idea», que dijo tras la derrota ante Lazio, son habituales en Tuchel, así como las respuestas irritadas cuando se le pregunta sobre su futuro como técnico de los bávaros.

La derrota ante Leverkusen, hace una semana, también reveló errores tácticos. En lugar del acostumbrado 4-2-3-1, Bayern propuso un 3-4-3, sin Thomas Müller y Joshua Kimmich en la cancha. El experimento fue un absoluto fracaso. Los actuales campeones de la Bundesliga fueron avasallados por Leverkusen y casi no tuvieron oportunidades de gol.

Si bien a comienzos de temporada el equipo impresionó por su estilo ofensivo, a medida que avanzó el torneo, el juego de los bávaros se tornó cansino y aburrido. Las lesiones obligaron a Tuchel a cambiar constantemente la defensa y, además, los clásicos pilares del equipo parecen abrumados. Kimmich y Leon Goretzka no sorprenden a nadie en el mediocampo, y Leroy Sané y Harry Kane están lejos de ser los monstruos que fueron en la primera mitad de la temporada.

¿Y los jefes?

El director ejecutivo del club, Jan-Christian Dreesen, y el director deportivo, Christoph Freund, asumieron los cargos que antes detentaban Oliver Kahn y Hasan Salihamidzic, despedidos el pasado verano boreal. El presidente honorario, Uli Hoeneß, habló entonces de un «ambiente realmente malo» en el club. Un año después, el estado de ánimo dista de mejorar y los nuevos mandamases deben enfrentarse a las mismas preguntas sobre el futuro de Tuchel. Dreesen intentó no avivar el debate tras la derrota en Bochum, y dijo que «un cambio de entrenador no es un tema que estemos debatiendo».

Más allá de lo que ocurra al final de temporada, habrá cambios. Diversos informes señalan que varios jugadores no están satisfechos y planean marcharse. Joshua Kimmich, Leon Goretzka y Matthijs de Ligt debían conformar el futuro eje de los bávaros, sucediendo en ese puesto a Manuel Neuer y Thomas Müller. Sin embargo, ninguno de los tres ha sido titular indiscutido con Tuchel en las últimas semanas.

Se dice que De Ligt estaría tan descontento que quiere irse. En el caso de Goretzka, que hace meses que juega a un nivel muy distante del que mostró en sus mejores momentos, seguramente el club no se molestaría si otro equipo quisiera ficharlo.

Y si bien aún Thomas Tuchel estaría seguro en su cargo, habrá que esperar que asuma el nuevo director ejecutivo del Bayern, Max Eberl, a más tardar el 1 de marzo. Será él quien tendrá que decidir, en consulta con el director deportivo, qué jugadores seguirán y quiénes tendrían que buscar nuevos horizontes, entre otras razones para ajustar la fastuosa estructura salarial de los últimos años.

(dzc/rml)

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