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Los judíos en Alemania se sienten más inseguros que nunca. En el Día de la Comunidad Judía en Berlín, pidieron una acción política más decisiva. Christoph Strack estuvo allí.Sí, dijo Doron Rubin, él sigue viajando aún en metro en Berlín. O mejor dicho, de nuevo, porque en los primeros días después del 7 de octubre, el padre de tres hijos, de 41 años, renunció a hacerlo. En realidad, todo ha cambiado desde el día del ataque, cuando la organización terrorista islamista militante Hamás asesinó a 1.200 personas y secuestró a unas 240 en el sur de Israel. Cuando se trata de la vida cotidiana y de nuestra actitud ante la vida, afirmó Rubin: “La incertidumbre y la inseguridad son nuestras compañeras constantes. Y no hay fases en las que uno pueda calmarse”.
Rubin es judío, nació en Alemania y es miembro de la comunidad tradicional judía “Kahal Adass Yisroel” (KAJ), en la Brunnenstrasse en Berlín. Él es juez y su esposa es abogada. La comunidad se dio a conocer en todo el país porque, a mediados de octubre, desconocidos arrojaron artefactos incendiarios contra el complejo de edificios custodiado por agentes de policía, sin causar daños importantes.
“Todo es diferente”
Los hombres judíos tradicionales siempre usan una kipá, el tocado redondo para la cabeza, como símbolo de admiración hacia Dios. Una mezuzá, una cápsula con una plegaria, cuelga de las puertas de sus apartamentos. Pero recientemente, han pintado estrellas de David en las paredes de las casas de miembros de la comunidad, explicó Rubin a DW. Conoce a bastantes personas que colgaron ahora la mezuzá dentro del apartamento. “Todo es diferente”, dijo.
Pasha Lubarsky, ingeniero mecánico de 44 años y miembro voluntario de la junta directiva de la comunidad KAJ, contó algo parecido. Al principio fue un “estado de shock”. Ante una amenaza siempre surge la pregunta: “¿Sigue siendo Alemania el lugar correcto? Pero no nos dejaremos intimidar. Incluso si se tiene miedo, hay que seguir”.
El pasado domingo, el 17 de diciembre de 2023, finalizó el Día de la Comunidad Judía en Berlín. Alrededor de 1.400 judíos de toda Alemania se reunieron durante cuatro días para debatir y formarse, intercambiar y celebrar. También participaron Rubin y Lubarsky. El lugar de la conferencia, un hotel en el oeste de la ciudad, parecía un ala de alta seguridad, con agentes de policía incluso en los pasillos.
Horas antes del inicio, las autoridades de seguridad habían informado del arresto de presuntos partidarios de Hamás en Berlín y Rotterdam, que aparentemente estaban planeando ataques contra instituciones judías en Europa. Hamás ha sido considerada durante mucho tiempo una organización terrorista en la Unión Europea, sus estados miembros y varios otros países. En Alemani, está prohibida desde principios de noviembre.
¿Es un desastre la lucha contra el antisemitismo?
En el día de la comunidad, Josef Schuster, presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, habló varias veces de las manifestaciones antiisraelíes y antisemitas en las ciudades alemanas, en las que participaron muchos jóvenes inmigrantes. El odio hacia los judíos también existía antes del 7 de octubre, dijo Schuster, “pero la índole y la amenaza son diferentes ahora”.
El “todo es diferente” surgió una y otra vez. Muchos padres informaron sobre experiencias antisemitas de sus hijos. Básicamente, cada rabino y cada rabina aquí puede contar algo parecido a lo que dijo Jasmin Andriani, de la comunidad judía liberal de Gotinga: muchos miembros de la comunidad prefieren participar en servicios religiosos en línea antes que en la sinagoga.
“El 7 de octubre es un punto de inflexión profundo en todos los aspectos, también en nuestra labor educativa”, afirmó Doron Kiesel. Como director del departamento de educación del Consejo Central, también es responsable de la creación de la “Academia Judía” en Fráncfort del Meno. Desde hace mucho tiempo, enseña contra el antisemitismo, creando conciencia sobre el tema, para ahora darse cuenta de que no se le entendió. Es difícil, dijo, “estar frente a los añicos de tu propio trabajo”.
Invitados políticos y críticas
Los dirigentes políticos del país estuvieron presentes en el Día de la Comunidad Judía. Por lo general, estos invitados vienen con discursos preparados, la gente se elogia mutuamente y reconoce la labor, para todos es positivo, pero este 2023 no fue tan fácil.
Esto ya se pudo sentir durante la visita inaugural del presidente federal Frank-Walter Steinmeier. Cuando entró a la sala, hubo pocos aplausos. “Todos estamos profundamente afectados por los crueles acontecimientos en Israel”, dijo Steinmeier, hablando de un Estado “que se defiende y debe defenderse”.
Cuando el presidente alemán, que unos días antes había visitado kibutz destruidos cerca de la Franja de Gaza en Israel, habló también de la “terrible destrucción en Gaza” y de los “muchos miles de muertos”, la sala permaneció en silencio. El público respondió a su discurso con un aplauso lo suficientemente cortés.
En el discurso de la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, quedó más claro cuando habló sobre su experiencia en la celebración de Janucá en Dubái: Los judíos también tienen miedo. Cuando explicó que la seguridad de Israel es razón de Estado para Alemania, la interrumpieron a voces, primero una, luego varias. Hubo fuertes críticas e indignación por el hecho de que Alemania se abstuviera en las votaciones de la ONU sobre la guerra de Israel contra Hamás.
Baerbock explicó y enfatizó la necesidad de diálogo. “Israel sólo podrá vivir en seguridad si los palestinos pueden en algún momento vivir libres del terrorismo. Y lo mismo es también válido: los palestinos sólo podrán vivir en seguridad si Israel vive en seguridad”. El ambiente en la sala era distante.
“Alemania entre dos aguas”
El presidente del Consejo Central, Josef Schuster, ya había criticado con palabras diplomáticas la actitud del Gobierno alemán representada por Baerbock. Antes del discurso del canciller Olaf Scholz, se mostró más claro y retomó la expresión “Nunca más es ahora”, frase que los políticos alemanes han invocado a menudo desde los días del ataque terrorista: “Nunca más es, desafortunadamente, en ocasiones, en algún momento”, dijo Schuster en su discurso de bienvenida a Scholz. Por supuesto, se puede criticar claramente al Gobierno de Israel y el comportamiento de los colonos militantes. Schuster y otros representantes también lo hicieron durante el día de la comunidad. Pero Schuster echó de menos una clara solidaridad con los israelíes en la guerra.
En la parte preparada de su discurso, el canciller hizo un llamado a una “sociedad abierta”, pidió empatía y solidaridad con los judíos, pero apenas mencionó a Israel. Hacia el final, como si recordara la silenciosa ira de Schuster, añadió espontáneamente estas frases: Alemania “por supuesto” siempre está al lado de Israel, “cuando el derecho de Israel a defenderse es cuestionado en el debate público. No lo permitiremos. Todos pueden confiar en Alemania”.
¿Los políticos llegaron a los participantes de la conferencia comunitaria?
Pasha Lubarsky lo vio como Schuster: si siempre se dice “nunca más”, se debe actuar en consecuencia. Agradeció a las autoridades policiales de Berlín su cooperación. Pero le preocupó la magnitud de las manifestaciones en las calles alemanas.
Doron Rubin también escuchó todas las muestras de solidaridad y expresiones al estilo de “Nunca más”. “La política también se refuerza un poco a sí misma. Quizás también oculta cierta impotencia: ¿Qué se puede hacer con el antisemitismo en la calle?”. Rubin y Lubarsky seguirán yendo hacia la sinagoga por la calle con sus kipás: “Ningún político puede quitarnos esta incertidumbre”.
(rmr/rml)