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Alemania recuerda el terror nazi de los pogromos de 1938

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El ataque terrorista de Hamás contra Israel y el auge del antisemitismo en Alemania ensombrecen aún más la conmemoración de los pogromos de noviembre de 1938, mientras los políticos llaman al “Nunca más”.Tras los discursos oficiales, el rabino Zsolt Balla comienza a cantar. Al frente de la sinagoga, entona la oración judía de duelo “El Male Rachanim” y canta a los “hombres y mujeres, ancianos y niños que fueron asesinados, masacrados, quemados, ahogados y estrangulados”. Luego, en hebreo, menciona también a las “comunidades de la tierra de Israel”, Sderot, Ofakim, Netivot y otros lugares que fueron tan cruelmente golpeados por el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre pasado. La voz del rabino de 44 años tiembla. Llora a los muertos de la Shoáy a las más de 1.400 personas que fueron asesinadas en las masacres perpetradas por la organización terrorista Hamás.

El 9 de noviembre, Alemania conmemora la noche de los pogromos de 1938, hace 85 años, cuando la violencia estatal golpeó a los judíos en la Alemania de Hitler. Alrededor de 1.400 sinagogas y casas de oración fueron incendiadas en todo el Reich. Cientos de judíos fueron asesinados.

Fue, como se la llama comúnmente, “la catástrofe antes de la catástrofe”, antes del exterminio masivo de personas judías perpetrado por el régimen alemán nazi. Para Alemania y los judíos de Alemania, este sigue siendo un día de luto y recuerdo. Ahora, en 2023, el 9 de noviembre vuelve a ser un día en el que reina el miedo.

Nueva vida judía en Alemania

En la capital, Berlín, la ceremonia oficial de conmemoración tiene lugar en la sinagoga ortodoxa Beth Zion. Beth Zion (en hebreo: Casa de Sión) es en realidad testigo del resurgimiento de la vida judía en Alemania. Hace apenas 20 años, este templo judío -construido en 1910, y cuyo interior fue completamente destruido durante los pogromos de 1938- era un edificio descolorido en un patio trasero descuidado, más una ruina que un edificio. Apenas se podía descifrar alguna inscripción en hebreo.

Pero desde hace casi 15 años, el edificio vuelve a servir de lugar de culto para los judíos ortodoxos que estudian aquí la Torá. En el mismo patio, junto al templo, hay una guardería y una escuela judías. Detrás del cruce cercano se puede comprar en un supermercado kosher. Enfrente, al otro lado de la calle, casi tres docenas de pequeños carteles cuelgan desde hace días de una columna. Allí se lee: “Desaparecido” o “Secuestrado”. En su mayoría, muestran a jóvenes, israelíes, que fueron secuestrados en la Franja de Gaza por terroristas de Hamás.

Hace poco más de tres semanas, dos personas lanzaron cócteles molotov contra el estrecho complejo de edificios. El incendio provocado no causó daños. Pero la comunidad tiene miedo, los judíos de Berlín tienen miedo. Se ha reforzado la presencia policial y de seguridad frente a la puerta, y se han ampliado las barreras que bloquean la entrada.

Esta mañana, altos funcionarios del Estado alemán están sentados en los estrechos bancos de la sinagoga. El canciller, Olaf Scholz, el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, los presidentes del Bundestag (Parlamento) y del Bundesrat (Consejo Federal), y el presidente del Tribunal Constitucional. También han acudido la mayoría de los ministros, así como destacados diputados, y autoridades de la comunidad judía de Alemania. El complejo de edificios parece ahora una fortaleza. La calle sobre la que se encuentra, de cuatro carriles, está cerrada a lo largo de unos 500 metros. Ya no hay coches aparcados en las calles vecinas. Se ven barreras por todas partes, y vehículos policiales, incluso varios coches blindados, así como francotiradores de la Policía. Ese es el panorama que se presenta cuando el Estado alemán y sus representantes políticos son invitados a una conmemoración en una comunidad judía.

Hay “algo fuera de control” en Alemania

“Hay algo que fuera de control en este país”, dice durante la conmemoración Josef Schuster, presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania . A veces ya no lo reconoce, añade. Habla de traumas y miedos. La “caza de judíos, donde están en casa”, está profundamente grabada en la conciencia colectiva. Schuster se refiere a la “mentalidad de los islamistas radicales que quieren la destrucción de Israel y de los judíos”. Y pide “admitirnos a nosotros mismos lo que ha ido mal en los últimos años, lo que no se ha podido o no se ha querido ver”. Esto incluye el odio a los judíos por parte de islamistas y extremistas de derecha, pero también el antisemitismo en el “seno de la sociedad” alemana, en las salas de conferencias, los teatros y en las “casas burguesas de los suburbios”.

Después de Schuster, el Canciller Olaf Scholz habla durante 20 minutos. Habla de la “vergüenza” del antisemitismo estos días. El canciller utiliza la evocadora frase: “¡Nunca más!” tres o cuatro veces. Es el rechazo del nuevo odio hacia los judíos en Alemania. “Tenemos que cumplir esta promesa ahora mismo”, enfatiza.

Velas, flores, y los nombres de las víctimas

La conmemoración del 9 de noviembre de 1938 es algo más que una gran celebración oficial en la capital en este día. La noche anterior ya ardían velas en las aceras de algunas calles del centro de Berlín. En muchos barrios se planearon pequeñas conmemoraciones durante el día.

Y a lo largo del día se leyeron los nombres de los 55.696 judíos berlineses asesinados por los nazis frente al Centro Comunitario Judío de la calle Fasanenstraße, cerca de la estación del Zoo.

(gg/cp)

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