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La “sala secreta” en Florencia (Italia) sirvió de refugio al artista en 1530 y nunca antes ha sido abierta al público desde que fue descubierta en 1975. Mide apenas 10 metros de longitud, 3 de ancho y 2,5 de altura.Por primera vez desde su descubrimiento en 1975, la “sala secreta” de Miguel Ángel Bounarroti estará abierta regularmente al público a partir del 15 de noviembre. El pequeño espacio, ubicada dentro del Museo de las Capillas de los Medici en Florencia (Italia), contiene dibujos atribuidos a Buonarroti y estará abierto aún de forma provisional a pequeños grupos de visitantes hasta el 30 de marzo de 2024.
Al receptáculo, de 10 metros de longitud, 3 de anchura y 2,5 de altura, se llega bajando unas estrechas escaleras escondidas en una trampilla junto al ábside de la “Sacristía Nueva” que Miguel Ángel terminó en 1533 para los Medici en la basílica de San Lorenzo de Florencia.
“Creo que esta será una oportunidad privilegiada para el público de visitar la sala y para que la comunidad científica vuelva a estudiarla”, refirió hoy (31.10.2023) Paola D’Agostino, directora de los Museos del Bargello, a los que pertenece la capilla.
El descubrimiento
El hallazgo se produjo en noviembre de 1975, cuando el historiador Paolo Dal Poggetto encargó la limpieza de un pasillo bajo el ábside que hasta 1955 se había usado como almacén de carbón. Sin embargo, bajo el yeso de las paredes enseguida emergieron los bocetos, suscitando un encendido debate entre quienes entreveían la mano del genio y los contrarios de esta hipótesis. El debate estaba -y está- servido.
Dal Poggetto sostuvo entonces una teoría: la sala fue el escondite del artista en las frecuentes persecuciones de la Florencia del siglo XVI, amparándose en el testimonio de uno de sus discípulos, Ascanio Condivi, y el biógrafo del Renacimiento, Giorgio Vasari.
En concreto, Miguel Ángle pudo refugiarse ahí para zafarse de la venganza del papa Clemente VII Medici, iracundo después de trabajar para los rivales de su dinastía en su exilio entre 1527 y 1530.
El historiador planteó que Miguel Ángel logró finalmente el perdón y pudo volver a trabajar en Florencia, hasta que en 1534 la abandonó para asentarse en Roma, donde legaría asombrosas obras como los frescos de la Capilla Sixtina.
Para visitantes y análisis científico
En cualquier caso, la directora del museo subrayó que, “como pasa siempre” con los grandes maestros, la autoría puede y debe ser analizada por la ciencia y abogó por celebrar un congreso internacional con los mayores expertos.
En cualquier caso, el visitante podrá juzgar por sí mismo pues la sala abrirá el 15 de noviembre y las entradas podrán comprarse desde hoy en este sitio por un precio de 20 euros. El acceso está limitado a grupos guiados de cuatro personas y un máximo de 100 personas por semana.
ee (efe, Reuters)