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Cerveza, trajes tradicionales, comida típica bávara, mucha gente y diversión. El Oktoberfest atrae cada año a millones de personas, pero también puede tener su lado oscuro.Hasta el próximo 3 de octubre, el Oktoberfest sigue atrayendo a los amantes de la fiesta y los trajes típicos bávaros, «dirndls» para ellas y «lederhosen» para ellos.
Como suele suceder cuando se reúnen decenas de miles de personas y la cerveza corre a raudales, es posible que se produzcan incidentes desagradables. Por ese motivo, tres asociaciones, con el apoyo del departamento de salud de Múnich, lanzaron hace ya dos décadas la campaña «Safe Wiesn», que tiene como objetivos prevenir, educar y ayudar in situ.
A mitad de la celebración de este año, el proyecto arroja un balance de 143 mujeres que se han sentido inseguras o acosadas y han recibido ayuda, encontrando apoyo en el llamado «Espacio Seguro», situado en el recinto del Oktoberfest, detrás de la carpa de cerveza Schottenhamel, abierto todos los días.
Este «Espacio Seguro» ofrece ayuda y asesoramiento a chicas y mujeres que han sufrido violencia o acoso sexual o que, en general, se sienten inseguras. Quienes lo necesiten, pueden denunciar su caso a la policía, recibir apoyo psicológico, cargar el celular e incluso obtener vales de taxi para volver a casa de forma segura. El año 2022, este «Espacio Seguro» atendió a 450 mujeres a lo largo de los 17 días que duró el Oktoberfest.
Un ambiente de sexualización y celebración
«El ambiente está muy sexualizado. Mucha gente viene aquí para ligar, para conocer a alguien. Mientras todo sea consentido, no pasa nada», dice Kristina Gottlöber, responsable de prensa de «Sichere Wiesn» (Prado seguro). Pero hace notar que el consumo excesivo de alcohol también propicia un ambiente de desinhibición.
«La gente cree que el Oktoberfest es una especie de zona libre de moral, en la que uno puede descarrilarse por completo», prosigue. «También oímos a menudo que las mujeres tienen, sencillamente, que aguantar el acoso sexual, porque si no, para qué vienen aquí. Así es como funcionan algunas personas, pero, por supuesto, eso no está bien».
En 2022, hubo 55 casos de acoso sexual en el Oktoberfest, incluidas tres violaciones. Estas son solo las cifras oficiales. El número de casos es probablemente mayor, ya que muchos incidentes no se denuncian.
Incidentes desagradables
Gottlöber subraya que las formas más comunes de agresión son los manoseos, los besos no deseados y el upskirting, que consiste en hacer fotos o videos bajo la ropa de las mujeres sin su consentimiento.
La responsable de prensa subraya la importancia de que todos los visitantes del Oktoberfest tomen ciertas precauciones. Por ejemplo, llevar un cargador para que el celular esté siempre a punto en caso de ser necesario pedir ayuda.
También es importante guardar algo de dinero fuera de la cartera, para poder pagar un taxi en caso de emergencia. Y, por último, pero no por ello menos importante, guardar los datos de las personas con las que hay que ponerse en contacto en caso de emergencia en otro lugar además de en el teléfono móvil.
«Por supuesto, creemos firmemente que la culpa siempre es del agresor. Pero también sabemos que rápidamente pueden surgir situaciones peligrosas para las chicas y mujeres, y hay que estar preparados para ello», advierte Gottlöber.
Como precaución, algunas visitantes experimentadas llevan pantalones cortos debajo del «dirndl”. Denise, 25 años, de Múnich, dice: «Creo que, como mujer, no deberías beber demasiado. Tienes que vigilar lo que bebes y la gente que te rodea. Y no te alejes de tu grupo de amigos». Además, sugiere situarse cerca del personal de seguridad o de las camareras y evitar en lo posible a los hombres borrachos y agresivos.
Por su parte, Teresa Rodgers, de 40 años y procedente de Colorado, recomienda visitar el Oktoberfest por la mañana, cuando el ambiente es más tranquilo y las multitudes no están tan desinhibidas.
La seguridad, una responsabilidad conjunta
Otra iniciativa contra la violencia sexual en el Oktoberfest son los «WiesnGentlemen» (Caballeros de las Wiesn). Se trata de un proyecto de prevención lanzado en 2013 por la asociación sin ánimo de lucro Condrobs, que se centra en el comportamiento respetuoso, el consumo responsable de alcohol y la creación de un entorno festivo seguro, especialmente para las mujeres.
La iniciativa difunde su lema «El respeto es mi fuerza» a través de redes sociales, carteles, campañas escolares e interactuando con los visitantes que van de camino hacia el recinto del festival. Además, la asociación concede el ‘Premio Wiesn al Valor’, cuyo objetivo es reconocer y promover el comportamiento respetuoso. Se buscan ejemplos de coraje civil, en los que las personas hayan ayudado a quienes lo necesitaban. Un jurado evalúa las candidaturas y selecciona un ganador, que recibe un vale para un traje del Oktoberfest.
Quizá parezca extraño premiar «un comportamiento que debería ser evidente”, dice Birgit Treml, de Condrobs, «pero la triste realidad es que el comportamiento respetuoso no siempre es la norma». (ms/ers)