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Los caballos de Adolf Hitler reaparecen en Spandau

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En Alemania, este 10 de septiembre los monumentos nacionales abren sus puertas al público. En este Día de los Monumentos Abiertos, se exponen -primera vez- dos caballos que en su día fueron fabricados para Adolf Hitler.En el Día de Puertas Abiertas, los dos “Caballos al trote” pueden verse por primera vez en Berlín. Los sementales de gran tamaño que el artista Josef Thorak hizo para Adolf Hitler estuvieron desaparecidos durante un tiempo.

A principios de año, el primero de los dos caballos de bronce de tres metros de altura y dos toneladas de peso del escultor nazi Josef Thorak (1889-1952) reapareció después de 77 años. Hoy se encuentra en la fortaleza cultural berlinesa Zitadelle Spandau y, junto con otros monumentos erigidos por los respectivos poderes estatales entre 1849 y 1986 -desde el Imperio Alemán hasta la Alemania socialista- en la capital alemana, forma parte de la exposición “Desvelados. Berlín y sus monumentos”.

En otra área del “Stadtgeschichtliches Museum”, en la Ciudadela, el segundo de los dos “Caballos al trote” -recién restaurado – también podrá verse a partir de este domingo 10 de septiembre, cuando unos 5.000 sitios culturales de todo el país abran sus puertas.

¿En dónde estaban los caballos de Thorak?

La historia de los llamados caballos de “Thorak”, por su creador, ocupa ya un libro entero… o mejor dicho: su desaparición. Las esculturas estaban destinadas -según la idea del dictador- a decorar “Germania, capital del mundo” que había planeado.

Durante mucho tiempo no se supo qué había sido de ellos. Al principio se pensó que habían sido destruidos durante los ataques a Berlín a finales de la Segunda Guerra Mundial. Más tarde se descubrieron en un cuartel soviético cerca de Eberswalde, al noreste de Berlín. Pero desaparecieron de allí en 1989, año de la caída del comunismo. No fue hasta 2013 cuando salió a la luz una fotografía en color que hizo sospechar que aún podrían existir.

La policía de Berlín recibió la foto junto con un chivatazo de que los caballos se ofrecían por millones en el mercado secreto del arte. Eso puso en alarma a René Allonge, inspector de la Oficina Estatal de Policía Criminal de Berlín y al holandés Arthur Brand, probablemente el detective privado de arte más famoso de Europa.

Arthur Brand: “La mejor historia de mi vida”

El dúo pudo esclarecer que la oferta en el mercado ilegal eran los caballos buscados. “Tenía claro que si recuperábamos los caballos, sería la mejor historia de mi vida”, dice Brand.

Esta es una historia que involucra a los antiguos agentes de la Stasi, la policía secreta de la desaparecida Alemania comunista, y las fuerzas de ocupación soviéticas. Los caballos fueron pasados de contrabando desmembrados a través de lo que entonces aún era la frontera entre las dos Alemanias, presumiblemente para ser cambiados por divisas fuertes en Occidente.

Finalmente, en 2015 se llevó a cabo una redada a escala nacional en la que se incautaron los caballos a un coleccionista de arte de Bad Dürkheim, cerca de la ciudad de Mannheim, en el suroeste de Alemania. Nunca se aclaró si los había obtenido ilegalmente: las investigaciones habían prescrito. Sólo después de una batalla legal de dos años estuvo dispuesto a entregar los caballos en 2022.

Brand publicó un libro sobre el asunto que, según él, tenía todo lo que debe tener una historia: “Un misterio, la caza, los diversos personajes, simpatizantes nazis”. Quizá una de las razones por las que Hollywood se aseguró los derechos cinematográficos del material.

(jov/ers)

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