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El Instituto Cervantes en Berlín celebra 20 años siendo un puente entre la cultura hispánica y la alemana. DW entrevistó a su director fundador para conocer más sobre la historia y el futuro del centro.Ignacio Olmos fundó el Instituto Cervantes en Berlín en 2002 y estuvo a cargo de él hasta 2007, cuando siguió su carrera por Estados Unidos, siempre ligado al instituto hasta su regreso en 2019. “El objetivo del Instituto Cervantes es difundir la cultura en español en países de no habla hispana”, dice, por lo que no cuentan con oficinas en países latinoamericanos, salvo Brasil, donde tienen una gran presencia con ocho sedes.
En Alemania, cuentan con cinco espacios: Berlín, Bremen, Fráncfort, Hamburgo y Múnich. “Lo que buscamos es establecer un diálogo entre la gente de la cultura de nuestros países y la gente de la cultura del país que acoge al Cervantes. Por eso, los eventos culturales que hacemos no buscan ser del tipo ‘presentación de nosotros mismos’ sino que sea una discusión sobre un tema de interés para el público alemán, con intelectuales de habla hispana y alemana”, explica a DW.
Barón Martin también estuvo desde el principio y fue quien erigió la biblioteca Mario Vargas Llosa, la cual fue reinaugurada en 2020. Cuenta con aproximadamente 24.000 volúmenes, incluyendo además películas del cine español y latinoamericano, revistas, música y una sección especial para niños.
“La idea que llevamos es ofrecer una colección viva que se renueva constantemente y que pueda cubrir tanto las necesidades de nuestros usuarios como las del instituto”, observa. La evolución demográfica de Berlín y el desarrollo de nuevas tecnologías han sido una razón importante para explicar los cambios en la biblioteca. “En años anteriores habían secciones muy demandadas como las de biografías o la sección de música” en formatos de disco compacto, “que hoy ya no se mueven tanto”. En cambio, “la sección de niños, que antes tenía muy poca presencia, ahora tiene un espacio dedicado con una colección propia en torno a dos mil documentos”.
La pandemia, ¿un viento a favor?
La vuelta de Olmos a Berlín coincidió con la cuarentena en 2020. “Tuvimos que hacer cambios de la noche a la mañana, ayudados de algún modo por esa agilidad tan propia de los que compartimos la cultura hispana”, relata. Para abril del 2020, el Instituto Cervantes ya había trasladado sus cursos de idioma a la versión digital online, prestándose a evolucionar. “Fueron cambios muy interesantes e intentamos crear nuevos formatos. Uno de los más exitosos fue reunir a hispanistas alemanes que pudieran contar en internet cómo había comenzado su relación con la cultura en español. Pasamos de tener a un ‘Herr Professor’ impartiendo clase frente a un gran auditorio a una persona de carne y hueso que narraba su relación con el mundo en español desde un punto de vista subjetivo y emocional”.
Martin recuerda que uno de los desafíos para la biblioteca había sido continuar con el Día del Libro pautado para abril. “La pandemia supuso un impulso para pensar nuevos formatos. Nos reunimos todos los bibliotecarios del Cervantes en Alemania y terminamos creando el Día del Libro en su versión online, con escritores haciendo lecturas y recomendado libros”, en los que participaron Javier Cercas, Pablo d´Ors, Rosa Ribas, Fernando Aramburu, Jorge Zepeda Patterson, Mercedes Rosende y Antonio Ortuño.
Un puente entre culturas
Asimismo, Olmos explica lo que es el centro para un alemán interesado en la cultura hispana. “El Cervantes no solo es una puerta abierta a una cultura moderna y de gran tradición a la vez, sino también y sobre todo a un modo particular de vivir. Un estilo de vida que, a mi juicio, resulta muy atractivo para los alemanes, que son personas en general muy formadas, curiosas y abiertas al contacto con otras lenguas y culturas. Perciben en todo el orbe hispanohablante una manera de expresarse y de interrelacionarse, que les parece ágil, fácil, alegre, empática y solidaria”.
“Del mismo modo que nosotros podemos aprender mucho de ellos, como la organización del discurso, la disposición a escuchar o la capacidad de ver a un adversario en quien piensa de otro modo y no a un enemigo, lo que les permite establecer consensos entre grupos diversos o grandes coaliciones entre partidos políticos”, indica. (rr)