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El caso Rammstein y la protección de mujeres en conciertos

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Tras las acusaciones contra Rammstein por presuntos abusos sexuales, los políticos exigen mejores conceptos de protección para las fanáticas en los eventos musicales.La gira europea de estadios de Rammstein se ve ensombrecida por lasacusaciones contra el cantante Till Lindemann por supuesta agresión sexual. A estas alturas, incluso los que no suelen asistir a conciertos de bandas rock o pop saben ahora lo que es una “fila cero”. Se trata de la zona mágica entre el escenario y el público donde fanáticos seleccionados pueden ver el concierto y festejar con las estrellas antes o después del espectáculo. Las entradas para esta zona “exclusiva” no se pueden comprar, sino que hay que ser invitado. Los informes sobre los conciertos de Rammstein sugieren que solo se invitó a mujeres.

Supuestamente, la irlandesa Shelby Lynn, que inició las primeras sospechas contra Rammstein por un concierto en Vilnius, Lituania, fue invitada a la “fila cero” y también a la fiesta posterior. ¿Se invita a jóvenes seguidoras a esas fiestas para mantener relaciones sexuales con Till Lindemann? ¿Se drogó a algunas de las fanáticas? La justicia alemana abrió una investigación contra Lindemann, mientras que la policía lituana afirmó el pasado fin de semana que no seguiría investigando la denuncia original contra el cantante, presumiblemente por falta de pruebas.

Acusaciones y casos también en América Latina

El acoso sexual en el mundo de la música moderna no es exclusiva del género metal o el hard rock, ni tampoco se limita a la relación entre la estrella y su seguidora femenina. A veces, ni el escenario mismo es un lugar libre de acoso. En marzo, la cantante mexicana Belinda fue agredida en pleno concierto por un hombre que se subió al escenario.

Los casos de acoso sexual también se extienden a lo que puede ocurrir entre los mismos fanáticos durante un concierto, pero no suelen recibir atención mediática.

En septiembre de 2022, la cantante peruana Nicole Favre denunció en redes sociales que durante un concierto de la banda Coldplay fue acosada por otros visitantes del espectáculo. Las agresiones sexuales en los conciertos, delante y detrás del escenario, siguen siendo por desgracia un problema muy extendido.

Espacios seguros y palabras clave

A pesar de avances, también por el movimiento #MeToo, muchas mujeres siguen sin atreverse a denunciar a los agresores por vergüenza. En 2017, el festival sueco de Bråvalla adquirió triste notoriedad: se denunciaron numerosas agresiones sexuales, incluidas tres violaciones. Incluso se denunciaron abusos a una chica de 15 años entre el público. El año anterior se habían denunciado cinco violaciones. El festival de Bråvalla no volvió a celebrarse después de estos incidentes.

Desde entonces, sin embargo, la mayoría de los promotores musicales se ha tomado en serio el problema.

El Festival de Glastonbury, el mayor de Inglaterra con más de 200.000 visitantes, ofrece desde 2016 una sección para mujeres frente a los escenarios. Los organizadores describen esta zona protegida como un “espacio interseccional, queer, trans y discapacitado”. Está abierta y gestionada exclusivamente por personas que se identifican como mujeres.

FKP Scorpio, uno de los mayores organizadores de festivales de Europa, ideó un mecanismo sencillo pero eficaz: los afectados pueden ponerse en contacto con el personal del festival con la palabra clave “Panamá”. Puede tratarse de operarios de gradas, paramédicos, policías o personal de seguridad. Si se pronuncia la palabra o frase “¿Por dónde se va a Panamá?”, la persona es liberada inmediatamente de la situación y llevada a una zona protegida sin tener que dar explicaciones.

Otra posibilidad a la que puede acudir una mujer es pedirle al camarero en la barra un “Angel Shot”. No existe tal cocktail, sino se trata de otra palabra clave para pedir ayuda inmediata.

El festival Lollapalooza Berlín da un buen ejemplo

En las páginas web de muchos festivales y promotores de conciertos se encuentran ya informaciones al respecto. Por ejemplo, en la del festival Lollapalooza Berlín. En su página online escriben: ” No toleramos ninguna forma de racismo, sexismo, homofobia, abnegación, edadismo, antisemitismo o discriminación interseccional. Las palabras o acciones discriminatorias no tienen cabida en el Festival Lollapalooza y supondrán la expulsión del festival si se denuncian. Nuestro equipo de sensibilización está de guardia las 24 horas del día durante el festival y todos los visitantes pueden ponerse en contacto con él en cualquier momento”.

El festival estadounidense Lollapalooza es probablemente el festival más consagrado del mundo. Desde 2011, se han creado filiales del festival en Chile, Brasil y Argentina. Más tarde en Berlín. Lamentablemente, en la página online del Lollapalooza Chile no se encuentra una afirmación tan contundente como en la versión germana del festival. Una solicitud por mail a Lotus, promotora de eventos culturales en Chile y organizadora del Lollapalooza Chile quedó sin respuesta.

En los últimos conciertos de Rammstein en Múnich, mientras tanto, ya no hubo una “fila cero” ni fiesta posterior. Quizá esta sea una forma más de aumentar la seguridad de las mujeres en conciertos y festivales.

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