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«Hemos aprendido a no dormir por las noches»: Cómo las defensas antiaéreas ucranianas repelen ataques rusos
Los sistemas de defensa antiaérea móviles son una parte importante de la defensa de Ucrania. Miembros de un grupo operativo móvil explican a DW cómo protegen el espacio aéreo sobre la región de Kiev.Los miembros de un escuadrón móvil de la defensa antiaérea de Ucrania han organizado un encuentro con un reportero de DW a orillas de un embalse en la región de Kiev. Algunos pescadores se encuentran sentados en la orilla y varias familias disfrutan del sol. De pronto se acerca un vehículo militar todoterreno Hummer, de color negro y verde, con un sistema de defensa antiaérea Stinger en el techo. La gente recoge rápidamente sus cosas y mira sus teléfonos móviles para ver si hay un aviso de misil.
Dos militares bajan del vehículo y tranquilizan a la población. Dicen que no hay nada en el espacio aéreo sobre la región de Kiev, que es sólo un ejercicio de un escuadrón móvil de defensa antiaérea. Sin embargo, el comandante del escuadrón, Oleksandr, de 36 años, señala que en caso de ataque aéreo, todos, incluido el reportero de DW, deben abandonar el lugar inmediatamente. «Es una amenaza para la vida estar a la intemperie cerca de una masa de agua donde de vez en cuando vuelan misiles rusos y drones iraníes Shahed», explica Oleksandr a DW. Su compañero, Iván, de 39 años, recorre el terreno completamente armado y observa atentamente todo lo que hay en el agua, en la orilla opuesta y en los alrededores.
«Se necesita buena vista e ingenio»
El lugar elegido para la reunión es uno de los numerosos puntos desde los que las defensas antiaéreas ucranianas actúan. Oleksandr e Iván utilizan el sistema portátil de defensa Dual Mount Stinger, que puede derribar misiles Stinger, aviones y helicópteros desde una distancia de cinco kilómetros y a una altitud de tres kilómetros. «Puedo disparar dos misiles en cinco segundos. Nuestro radar me señala un objetivo en el aire antes de que yo lo vea, transmite las coordenadas y me dice dónde apuntar. Cuando capto el objetivo, recibo la señal de ‘fuego'», explica Oleksandr.
Junto con Iván, recrean una situación de combate real que suelen tener tanto de día como de noche. Primero sacan rápidamente del vehículo las cajas con los misiles, las abren, y los colocan en el lanzador. Después, Oleksandr se sube al techo del vehículo y empieza a inspeccionar el espacio aéreo, al tiempo que gira sobre sí mismo encima de un asiento.
En las últimas semanas, la mayoría de los ataques rusos con misiles contra Kiev y la región se han producido de noche. Según Iván, el ejército ruso quiere utilizar drones y misiles de crucero para debilitar el arsenal de defensa antiaérea de Ucrania, pero también para combatir la moral, algo que a su juicio no funcionará. «Tenemos suficientes misiles y también hemos aprendido a no dormir por las noches», dice.
«Soy responsable de muchas vidas»
Oleksandr e Iván cuentan a DW que casi siempre saben exactamente dónde vuelan los drones y misiles enemigos, así como qué lugares están amenazados.
A la pregunta de cómo se siente cuando no consigue derribar un objetivo, Oleksandr responde que es muy difícil psicológicamente: «No puedo expresarlo con palabras…». Dice saber cuándo un dron o un misil ha alcanzado un edificio de apartamentos, una guardería, una escuela o un hospital. «Soy responsable de muchas vidas», subraya.
El mando de la defensa antiaérea de las fuerzas terrestres no ha facilitado hasta ahora a la prensa ninguna información sobre el trabajo de estos escuadrones móviles. Ahora, tras más de un año de guerra, Oleksandr puede hablar de sus experiencias. En los primeros meses de la guerra, derribó dos aviones Su-25 y dos helicópteros K-52 en la región de Kiev. Oleksandr también interceptó un total de ocho drones en otros lugares de la región de Kiev y en Járkov.
(aa/ers)