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Scholz en Chile: una visita esperada

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Han pasado diez años desde que un canciller alemán visitó el país sudamericano. Angela Merkel fue la última mandataria germana en pisar Santiago.Las relaciones entre Chile y Alemania cuentan con una larga historia que tiene sus orígenes en la época de la colonización, en el siglo XIX. Quizás el pasaje oscuro de esta historia la tengan los 17 años de dictadura militar que afectó a esa nación latinoamericana (1973-1990), época en que tanto Alemania Occidental como Alemania Oriental mantuvieron el distanciamiento. Después de eso, la buena salud de la relación bilateral entre estos países no se ha vuelto a alterar.

La próxima visita del canciller alemán, Olaf Scholz, a Chile, vuelve a renovar los lazos entre estas naciones que retomaron el contacto en 1991 con la visita de Helmut Kohl, primer canciller de la Alemania reunificada. Ese fue un viaje simbólico para dos países que se encontraban en pleno cambio. Luego sería Angela Merkel quien pisaría el territorio chileno como máxima autoridad germana en 2013. Ahora es el turno de Scholz.

“El viaje del canciller Scholz a Chile, Brasil y Argentina, se realiza en el marco de una necesidad de estrechar los vínculos con América Latina ante una situación donde Alemania, al igual que América Latina, son regiones afectadas por las consecuencias de la guerra en Ucrania. En el caso alemán, por su dependencia energética de los hidrocarburos rusos; en el caso chileno, por una contracción económica, inflación y caída en los empleos”, explica Gitte Cullmann, representante de la Fundación Heinrich-Böll, vinculada al partido alemán Los Verdes, a DW.

Más que buenos amigos

Los acuerdos económicos, culturales, ambientales y educacionales son numerosos entre Chile y Alemania, pero quizás lo más importante en esta estrecha relación es la visión colaborativa y de amistad que han manifestado los representantes de estos países, independientemente del color político que los gobierne.

Para el excanciller chileno Heraldo Muñoz (2014-2018), la visita de Scholz responde a que “nuestro país comparte con Alemania una firme adhesión a la democracia y los Derechos Humanos, tienen una vinculación económica estrecha, comercial y de inversión, y están ligados por el Acuerdo de Asociación Chile-Unión Europea, recientemente modernizado”, señala en entrevista con DW.

El factor estratégico

Un elemento que se suma a esta relación bilateral es la estrategia que hay detrás. Andrés Bórquez, coordinador del Magister en Desarrollo y Cooperación Internacional de la Universidad de Chile, explica que “la visita de Scholz refleja la disposición de mantener un diálogo político estrecho en un clima de confianza mutua que se ha mantenido a lo largo del tiempo. Esta visita abre un espacio para elevar estas relaciones a un nuevo nivel, más estratégico para ambos países en asuntos energéticos, por ejemplo. Alemania tiene una necesidad de energía y Chile apunta a ser un proveedor de energía renovable a largo plazo, además de perfilarse como un proveedor relevante en la electro movilidad gracias al litio, algo que es de gran interés para los alemanes. Entonces, tenemos una mirada pragmática que refuerza la relación de los dos países”, dice el académico a DW.

Aunque parece que la relación chileno-alemana no puede ser mejor, Gutte Cullmann espera que en esta visita “se produzca una cooperación más intensa en los esfuerzos por contener las consecuencias del cambio climático y mejorar las prácticas de protección al medio ambiente. También sería de esperar que ambos gobiernos manifiesten una mayor cooperación en el tema del hidrógeno verde. Chile está interesado en desarrollar esta industria energética y descarbonizar los procesos productivos nacionales. Alemania está interesado en contribuir a su desarrollo en Chile y ver la posibilidad de un intercambio económico en ese sector. Lo mismo ocurre con la electromovilidad: Alemania está interesada en ayudar a desarrollar cadenas de valor en la industria chilena y aportar al desarrollo tecnológico y científico del país” concluye la representante de la Fundación Heinrich-Böll.

(cp)

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