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¿Está lista China para abandonar su estrategia de cero covid?

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La supuesta relajación de las medidas contra el COVID-19 en China parece más bien una movida de las autoridades para aliviar la presión política. Según expertos internacionales, una apertura total es ahora arriesgada.Mientras las autoridades chinas reprimen las protestas que se desarrollan en todo el país contra las estrictas medidas de control de la pandemia, varias declaraciones del funcionario a cargo de la controvertida política de «cero covid» indican que podría haber un cambio de rumbo.

El miércoles (30.11.2022), el viceprimer ministro chino, Sun Chunlan, dijo a los funcionarios de salud que China «se enfrenta a una nueva situación y a nuevas tareas» en la prevención y el control de la pandemia, según informaron medios estatales.

El martes, funcionarios de la Comisión Nacional de Salud de China habían declarado en conferencia de prensa que, si bien no consideraban que la política de cero covid fuera en sí misma la causa de las protestas, reconocían que un enfoque único para todos, como el utilizado por autoridades locales, ha sido una fuente de descontento en la población.

Cheng Yuquan, un funcionario de supervisión de la comisión de salud, dijo que las restricciones en áreas de alto riesgo «no deberían extenderse sin sentido» y que, a largo plazo, los bloqueos y cuarentenas han «afectado en gran medida la vida y el trabajo diarios de las personas», y han «causado ansiedad y dificultades», informó el periódico estatal China Daily.

¿Un giro en la política de cero covid?

«Se niegan a admitir que Xi Jinping se ha equivocado con la política cero covid», dijo a DW Steve Tsang, director del Instituto Chino SOAS, en la Universidad de Londres. Desde el comienzo de la pandemia, en 2020, China ha promocionado repetidamente su estrategia estricta de cierres rápidos, cuarentenas y pruebas masivas, incluso en respuesta a cifras de infección relativamente bajas, como un modelo exitoso de prevención de pandemias.

Al comienzo de la pandemia de coronavirus, los estrictos bloqueos de China mantuvieron el número de contagios y fallecimientos por debajo de las del resto del mundo. Sin embargo, casi tres años después, mientras otros países han aprendido a convivir con el coronavirus, Pekín ha realizado apenas algunos cambios al plan original.

Durante la conferencia del Partido Comunista de China en octubre, Xi reiteró que China está comprometida «a poner a las personas y las vidas en primer lugar, y a adherirse a la dinámica de cero covid». Sin embargo, los expertos aseguran que las protestas en todo el país representan el desafío más serio surgido hasta el momento para la narrativa del Gobierno en torno a la estrategia contra el COVID-19.

Además de las interrupciones diarias causadas por los cierres y las cuarentenas, las estrictas medidas han sido criticadas como la causa fundamental de la tasa récord de desempleo juvenil y del empeoramiento de la economía. «La etapa inicial de la política funcionó, pero no cambió cuando el resto del mundo respondió al aumento de ómicron», comentó a DW el analista Tsang, de SOAS.

Riesgos de la apertura ante el COVID-19 de China

En opinión de algunos expertos, también existen considerables riesgos para la salud en el caso de que China se abra por completo, ya que se ha puesto en duda la eficacia de las vacunas chinas, y, asimismo, hay un bajo porcentaje de vacunación entre la población de edad avanzada.

Como parte del ajuste a su estrategia de cero covid, la Comisión Nacional de Salud de China prometió priorizar la vacunación especialmente de los mayores de 80 años. Actualmente, menos del 66 por ciento de las personas mayores de 80 años en China han recibido vacunas de refuerzo.

«El otro tema es que, a estas alturas, China casi no tiene inmunidad natural», señaló en entrevista con DW Jason Wang, experto en políticas de salud pública de la Universidad de Stanford. «Cualquiera que sea la inmunidad que tengan por las vacunas chinas, que no son muy efectivas, esta se desvanece mes a mes. Necesitan un refuerzo, pero la cuestión es qué se les aplica como refuerzo».

Steve Tsang subraya, además, que la capacidad de las instalaciones hospitalarias en China debe mejorarse antes de que las restricciones se relajen por completo, o las autoridades no podrán hacer frente a un posible aumento en el número de casos. «Si la gente comienza a morir en cantidades significativas, tampoco creo que eso contribuya a disminuir el descontento», dice. Y advierte: «China tiene problemas con la capacidad hospitalaria desde antes de la pandemia; la gente ya tiene problemas ahora para programar citas médicas».

(cp/rml)

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