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¿Podrá Bolsonaro aprovechar el repunte económico para ganar las elecciones este 30 de octubre? Críticos afirman que el “milagro económico” no otra cosa que “regalos electorales” disfrazados de política social.Tanto Jair Bolsonaro como su contendor electoral, Luíz Inácio Lula da Silva, insisten en que son los «salvadores” de la economía brasileña. Bolsonaro se jacta de las últimas perspectivas publicadas por el Banco Central de Brasil (BCB) el 7 de octubre.
Según estas, el producto interior bruto de Brasil crecerá un 2,7% este año, una tasa de crecimiento muy superior a la de Estados Unidos, por ejemplo. «En solo un año, Brasil registra la mayor caída del desempleo en comparación con otros 40 países», tuiteó Bolsonaro. Y añadió: «La tasa de desempleo bajó del 13,1% al 8,9% en agosto de 2022, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Y esto durante la pandemia y la guerra de Ucrania».
Bolsonaro afirma: «Lo que el Partido de los Trabajadores (PT) destruyó en tiempos de paz, lo hemos reconstruido en medio de la pandemia, de una sequía extrema y de una guerra con repercusiones mundiales.»
Un partidario de Lula da Silva replica entonces que en su presidencia, de 2003 a 2011, «Lula creó 15 millones de puestos de trabajo durante sus ocho años de mandato. La tasa de desempleo se redujo del 12,4% al 6,7% entre 2003 y 2010».
Congreso aprueba plan de Bolsonaro de aumentar subsidios
En la confusa campaña electoral brasileña se están usando indicadores económicos contradictorios. Muchos se preguntan, por ejemplo, por qué los costos de la energía están bajando en Brasil en este momento, mientras que están por las nubes en el resto del mundo. O incluso ¿por qué la inflación está bajando?, supuestamente.
El Congreso brasileño aprobó recientemente un programa de ayuda de Bolsonaro que, entre otras cosas, prevé una reducción de los impuestos sobre el combustible, la electricidad, el gas, las telecomunicaciones y el transporte público. Además, las ayudas sociales para millones de brasileños que viven por debajo del umbral de la pobreza pasarán del equivalente a 78 euros a 117 euros a finales de año. Los beneficiarios de la asistencia social recibirán una decimotercera mensualidad.
Anzuelo para electores, más que plan social
El ex ministro de Hacienda de Brasil, Henrique Meirelles, critica que se trata de «gastos electorales disfrazados de política social». En la revista empresarial brasileña «Carta Capital» subraya: «La economía crece gracias a las intervenciones artificiales del gobierno».
El gasto excesivo aumentó la deuda nacional y pronto provocaría una nueva subida de la inflación y de los tipos de interés. El crecimiento económico actual no supone un repunte sostenido y se estabilizará de nuevo en 2023, predice.
La agencia de calificación brasileña Austin también considera que los indicadores económicos anunciados por Bolsonaro son todo menos impresionantes. «El desarrollo de Brasil es vergonzoso si se miran los últimos diez años», dice su economista en jefe, Alex Agostini, a la revista brasileña «Veja». Sobre todo porque Brasil, como mercado emergente, debería crecer más que los países ricos industrializados.
La montaña rusa de la economía brasileña
La montaña rusa de la economía de Brasil en los últimos diez años se refleja en la clasificación de las mayores economías del mundo. Entre 2010 y 2014, Brasil ocupó el séptimo lugar. En 2020, bajó al duodécimo puesto y en 2021 al decimotercero, según la agencia de calificación de Austin.
Por su parte, el economista Heron Carlos do Carmo, de la Universidad de Sao Paulo, duda que Bolsonaro pueda sumar puntos en la campaña electoral con la recuperación económica de Brasil. «Aunque una mejora se suele atribuir al titular, no es decisiva para cambiar un resultado electoral».
En general, la situación económica sigue siendo muy crítica y millones de personas se han sumido en la pobreza, declaró Heron Carlos do Carmo al diario brasileño «Folha de Sao Paulo». Para la mayoría de la población, los indicadores económicos son una «ficción». El ex presidente Lula lo expresa en Twitter de forma más drástica: «En Brasil, 33 millones de personas no tienen suficiente para comer» y advierte: «Brasil logró que lo sacaran del mapa del hambre, pero el hambre regresó”.
(jov/er)