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Ironman Hawái 2022: cuando la igualdad choca contra la comercialización

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Chelsea Sodaro ganó la prueba femenina. El nuevo formato contempla dos competencias, una para hombres y otra para mujeres, en distintos días. La iniciativa permite incluir más participantes, pero trae problemas.¿Es una buena iniciativa para lograr una mayor igualdad? Esta pregunta se plantea en el Campeonato Mundial de Ironman, que por fin vuelve a llevarse a cabo en Hawái, tras un paréntesis de tres años por la pandemia de coronavirus. En esta ocasión, las mujeres compitieron por la corona del triatlón dos días antes que los hombres.

La ganadora fue una sorpresa: la estadounidense Chelsea Sodaro. El segundo puesto fue para la británica Lucy Charles-Barclay y, la alemana Anne Haug, quien ganó la última edición de la legendaria carrera en 2019, se llevó el bronce, obteniendo su cuarta medalla consecutiva en la Copa del Mundo. La otra favorita alemana, Laura Philipp, terminó en cuarto lugar, debido a una penalización de cinco minutos por un deslizamiento en la bicicleta.

Que sea una competencia separada, garantiza una mayor atención y mejores condiciones para las profesionales, según argumentaron los organizadores para dividir las pruebas. Todos los puntos son positivos para las atletas femeninas, cuyas mejores actuaciones en el pasado se perdían en el torbellino de la competición masculina, que se desarrollaba al mismo tiempo.

«El resultado es una carrera mucho más justa», enfatizó la triatleta Philipp, antes de la competencia. «Sin embargo, logísticamente, sigue siendo un reto no menor tener una carrera tan grande en un lugar tan pequeño y por dos días», agregó.

Hasta 15.000 euros por un alojamiento

Kailua-Kona, que tiene apenas 20.000 habitantes, es el destino anhelado de la comunidad del triatlón. En años anteriores, la ciudad ha tenido que adaptarse a la multitud de unos 2.500 participantes, más sus acompañantes. Para este año, hay 5.500 atletas registrados, lo que significa que todo ha llegado a su límite: tráfico, alojamiento y suministros.

La Corporación Mundial de Triatlón, organizadora comercial de los Campeonatos del Mundo de Ironman, sostiene que se vio obligada a dividir la competencia, en carreras femeninas y masculinas, para poder ofrecer el doble de oportunidades a los atletas aficionados.

En 2019, un instituto de investigación de mercado estadounidense calculó que la competencia de triatlón aporta 72 millones de dólares estadounidenses a la economía del estado de Hawái. Esta vez, se espera que supere los 100 millones de dólares.

Pero el inconveniente es enorme, los precios de los viajes y el alojamiento, a principios de octubre, se han multiplicado. Por ejemplo, un alojamiento en la isla puede llegar a costar hasta 15.000 euros en la semana de la carrera.

«Creo que es un extremo, sobre todo para las categorías de edad, por la cantidad de dinero que tienen que desembolsar para participar. Incluso el dinero de los premios en los profesionales no es proporcional a los costos del viaje», criticó el entrenador Dan Lorang.

«La especulación desenfrenada causa frustración». En una publicación en Instagram, el británico Joe Skipper, ganador del Ironman de Gales, descargó su ira, luego de que el lugar donde usualmente se hospedaba en Hawái cancelara su reserva y le exigiera el triple del precio.

El dos veces ganador de Hawái, Patrick Lange, también se mostró crítico con el nuevo formato. «Lo he pensado durante mucho tiempo, pero cada vez encuentro más factores negativos para la doble competencia», declaró al Frankfurter Allgemeine Zeitung. «En general, soy de la idea de que la versión clásica es mucho mejor. Un día, una carrera», afirmó. (rml)

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