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Aparte de dejar a cientas de personas sin hogar, sin electricidad y sin recursos, el huracán Ian dejará graves secuelas en la ya deteriorada economía de Cuba. Expertos hacen un primer balance de la situación.Fue un golpe, otro más, a una infraestructura ya deteriorada: a su paso por Cuba el huracán Ian ha dejado cultivos anegados y se ha llevado por delante casas, árboles y postes eléctricos, dejando al país entero sin luz durante más de 10 horas. Mientras el servicio eléctrico se restablece lentamente en pocas partes del país, la gran mayoría de la población sigue a oscuras y la incerteza ante la magnitud de los daños continúa.
“Sin duda es la gota que colma el vaso”, dice Ricardo Torres, economista cubano de la American University en Washington D.C. El desastre natural agudiza los problemas a los que el país se lleva enfrentando desde hace años, como la obsolescencia de la infraestructura eléctrica, la escasez de alimentos y medicamentos y la crisis económica.
¿Adiós a las exportaciones de tabaco?
Los residentes de la provincia Pinar del Río, la zona más afectada, han denominado el ciclón como el peor fenómeno meteorológico que jamás han vivido, a pesar de estar acostumbrados a estas condiciones climáticas. Aquí el huracán ha arrasado con algunas de las más importantes granjas del tabaco, uno de los principales productos de exportación.
“Las exportaciones cubanas llevan en caída consecutiva desde hace 7 años y el tabaco ha sido una fuente de ingreso en dólares”, dice Pavel Vidal Alejandro, economista cubano de la Universidad Javeriana de Cali en Colombia. Ingresos urgentemente necesitados, no sólo después del huracán.
“Sin el huracán ya se hubiese necesitado una inversión de miles de millones de dólares en un período de 5 años para reparar la infraestructura electroenergética”, añade el experto. La obsolescencia de la red afecta a toda la economía, debido a que es crucial para el crecimiento de la industria.
“Este es uno de los principales obstáculos que tiene la economía cubana para regresar a unos niveles pre-pandémicos”, dice Vidal Alejandro. Mientras otras economías de Latinoamérica se recuperan, en Cuba la crisis continúa. Los recursos que se habían destinado a este fin, ahora tendrán que invertirse en la reparación de los daños del huracán. Además, la precariedad de la infraestrucura eléctrica ralentizará la reparación de los daños.
¿Más escasez de alimentos?
El huracán no sólo ha arrasado con los cultivos de tabaco, también ha afectado a una de las principales zonas agrícolas, crucial para el abastecimiento del resto del país y sobre todo para La Habana. “Cualquier afectación a estos cultivos tiene un impacto muy grande, porque es un sector que ya estaba golpeado”, dice Ricardo Torres. “Hay que prestar atención a esto porque puede desencadenar algo más grave.”
Las ayudas que seguramente vengan desde el exterior, son para Pavel Vidal Alejandro meramente “paliativas, y no ayudarán a resolver la crisis económica”. Ambos expertos coinciden en que, tras la primera ola de solidaridad entre la población que causa tal catástrofe natural, el descontento social continuará incrementándose.
Por primera vez en mucho tiempo, este se había visto expresado en protestas durante los últimos meses. En una mirada casi pesimista, Ricardo Torres añade que es de esperar que el gobierno use esta catástrofe natural para excusar el déficit, algo que “ya ha ocurrido en otras ocasiones”.
(jov)