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La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, criticó que muchas de las ayudas fiscales de los gobiernos a empresas y hogares ante las subidas de precios contribuyen a aumentar la inflación.»Desafortunadamente, cuando se miran las medidas adoptadas (…), entre el 10 y 20 % de las medidas son temporales y específicas; y el resto son universales. Esto no conduce necesariamente a una buena coordinación de la política fiscal y monetaria», dijo Lagarde este lunes en un debate con la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
Los gobiernos de la eurozona han adoptado en los últimos meses estímulos fiscales para ayudar a los ciudadanos a lidiar con el encarecimiento de la vida, ya sea en forma de subsidios o rebajas de impuestos, que a finales de agosto representaban cerca del 1 % del PIB del área.
El BCE insistió hoy en que estas medidas fiscales deben diseñarse de forma que no vayan en contra de su política monetaria, que pasa por enfriar la demanda a base de subir los tipos de interés para contener la inflación, que en agostó alcanzó el 9,1 % en la eurozona.
Y en esta tarea las medidas de tipo fiscal «pueden ayudar y pueden hacer daño», dijo la exiministra francesa.
Aseguró que estas medidas son «de ayuda y necesarias» cuando se aplican específicamente a los «más vulnerables» y son «temporales», mientras que si son «amplias, universales y sin distinción entre los beneficiarios que tienen urgente necesidad y los que no (…) pueden producir un nivel más alto de precios que iría en contra de la política monetaria» del BCE.
«Así que la política fiscal tiene que ser diseñada específicamente para ayudar a los que lo necesiten, pero no diseñada para ayudar globalmente», insistió Lagarde, quien añadió que esto ayudará asimismo a mantener una deuda sostenible.
También la Comisión Europea ha pedido a los Estados que acoten sus medidas a los hogares y empresas más vulnerables, alejándose de la receta de ayudas universales que se adoptó durante la pandemia ya que la economía europea no sufre ahora la repentina y profunda recesión que causó el covid.
«Hay margen para que las medidas sean más acotadas», dijo tras el Eurogrupo este mes el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, quien en abril pasado ya había enviado una carta a los Estados desaconsejándoles rebajar el IVA al gas y la electricidad e instándoles a apostar por ayudas directas a hogares y empresas y por gravar los beneficios caídos del cielo.
BCE endurecerá política monetaria para llevar inflación al 2%
Por su parte, el BCE seguirá endureciendo su política monetaria para llevar la inflación hacia su objetivo del 2 % a medio plazo y prevé subir de nuevo los tipos de interés tras haberlos incrementado en 50 puntos básicos en julio y en 75 puntos en septiembre, hasta el 1,25 %.
«Esperamos subir más los tipos de interés en las próximas reuniones para enfriar la demanda y proteger frente al riesgo de un cambio persistente al alza en las expectativas de inflación», reiteró Lagarde, insistiendo en que los aumentos se decidirán en función de los datos que vayan llegando y la evolución de la inflación.
La presidenta del BCE recordó que pese a las subidas de tipos -que se encontraban en mínimos históricos- la política de la institución sigue siendo «acomodaticia» y que su objetivo es llegar a un «tipo neutral» en el que no se estimule ni se constriña a la economía.
«Si tenemos un muro en la oferta y estimulamos la demanda siendo acomodaticios sencillamente empujaremos la inflación al alza», insistió. Las últimas proyecciones del BCE apuntan a que la inflación anual cerrará 2022 en el 8,1 % y bajará al 5,5 % en 2023, pero los riesgos para esta perspectiva son al alza, sobre todo por «la posibilidad de mayores perturbaciones en los suministros de energía», dijo Lagarde, agregando que esto aumentaría la inflación y reduciría el crecimiento.
De momento, el escenario principal que contempla el BCE es de ralentización sustancial del crecimiento en la eurozona, hasta el 3,1 % este año y al 0,9 % el próximo.
jov (efe, n-tv)