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Latinoamérica alza la voz bajito contra la guerra de Ucrania

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Los presidentes latinoamericanos hablaron en la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el conflicto, en muchos casos tratando de no alinearse, y también sobre seguridad alimentaria y narcotráfico, entre otros temas.Latinoamérica nunca habla con una única voz en la Asamblea General de Naciones Unidas. Pero este año hay sí ha habido, en los discursos de los presidentes latinoamericanos, cierta unanimidad en un par de temas. Al menos hasta ahora, a falta de las intervenciones de Costa Rica, República Dominicana y Cuba, que ya anunció que volverá a pedir el cese del embargo.

El martes hablaron Gabriel Boric en representación de Chile; Gustavo Petro, de Colombia; Alberto Fernández, de Argentina y el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, entre otros. Y este miércoles, el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso. En todos los casos, parte del discurso hay que leerlo en clave interna. No es de extrañar cuando Bolsonaro, por ejemplo, se presenta a la reelección la semana que viene. Pero también destacaron temas en los que llaman la atención las coincidencias.

La guerra en Ucrania y la seguridad alimentaria

Lasso empezó su discurso refiriéndose a Ucrania. Prácticamente todos los presidentes latinoamericanos reclamaron negociaciones para poner fin a la guerra, aunque en muchos casos evitando adscribirse a ningún bando: «No nos presionen para alinearnos en los campos de la guerra», dijo por ejemplo Petro, proponiendo dejar «que los pueblos eslavos hablen entre sí». «Lo que hace Petro es lanzar un mensaje que no le cuesta nada políticamente», explica el politólogo Egoitz Gago. «Lanzar mensajes de paz -insiste- no cuesta nada políticamente: internacionalmente uno queda bien, pero no cierra la puerta a negociaciones a varias bandas que muchos de estos países, Colombia entre ellos, va a tener que hacer».

Gago, director de la Maestría en Estudios de Paz de la Universidad Javeriana de Bogotá, recuerda que «de hecho, Putin ha declarado hace poco que Colombia puede ser un aliado en la región para los intereses rusos». Y no es el único. «Bolsonaro también mantuvo una posición así, lo que pasa es que el presidente brasileño tuvo un discurso que fue muy ‘particular’, por decirlo de una forma diplomática».

Y es que, más que acabar con la guerra, esa unanimidad latinoamericana lo que pide es acabar con sus consecuencias económicas. Incluidas las sanciones. «Estas medidas han dañado la recuperación económica y han amenazado los derechos humanos de las poblaciones vulnerables, también en los países europeos», recordó Bolsonaro antes de advertir que la «estabilidad, la seguridad y la prosperidad del ser humano están en serio riesgo si el conflicto persiste o se propaga». Una postura que choca con la determinación de los países europeos contra Rusia.

Más democracia y otra lucha contra el narcotráfico

Otro tema que llamó la atención fue la vehemente petición de Petro de acabar con la «irracional» guerra actual contra las drogas.Tuvo eco también en el discurso del presidente boliviano, Luis Arce, que destacó que dicha «guerra contra las drogas, principalmente aquella desatada por Estados Unidos, ha fracasado», y en el de Lasso, que recordó que «Ecuador es el tercer país del mundo con más cocaína incautada».

«Es algo que Petro ya venía anunciando desde la campaña: cómo darle un giro a la lucha contra las drogas, cómo ponerle el énfasis no a la oferta, sino a la demanda», explica la colombiana Liliana Zambrano, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad de Deusto, en Bilbao. Que la responsabilidad del problema no se ponga siempre únicamente en los países productores, sino también en los consumidores. Y que la cooperación para luchar contra el narcotráfico se haga de otra manera. Ella recuerda que «es también una de las conclusiones del informe recientemente entregado por la Comisión de la Verdad que decía que el hilo estructural de la guerra en Colombia era el narcotráfico y que mientras no se resolviera el tema, no íbamos a poder solucionar la violencia».

En lo que también coincidieron las intervenciones latinoamericanas es en reclamar «más democracia» para la región, como hizo enfáticamente Boric: «Me rebelo contra el abismo que algunos pretenden cavar ante la legítima diversidad de opiniones», dijo. Esta unanimidad se explica también porque Cuba todavía no había hablado y porque ni Nicaragua ni Venezuela lo van a hacer en esta ocasión.

«A Venezuela se le ha intentado sacar de las instituciones internacionales, pero es un error: si no le tienes ahí, pues no le puedes hacer ningún control», valora Gago. «Si no está en esos foros, la condena internacional se queda en un canto a la bandera», dice en relación al reciente informe publicado precisamente por la ONU. «Estaría bien que estuviera presente, para que pueda expresar sus demandas, pero también para que pueda recibir demandas de otros países», añade. También para que exista esa «legítima diversidad de opiniones» que pedía Boric.

(er)

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