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Es una de las colas más largas de la historia: cientos de miles de personas hacen fila en Londres para honrar a la reina por última vez. ¿Por qué lo hacen? Bernd Riegert, desde Londres.A Theodore no le importa la larga espera. El pequeño duerme en el coche, mientras su madre, Rebecca Fisher, lo empuja por la orilla sur del Támesis en dirección a Westminster Hall. Ya han avanzado tres kilómetros. Se unió a la cola con su hijo y su hija Madison en el Puente de Londres y, durante cuatro horas, los tres han caminado a ritmo de paseo bajo un cielo despejado.
«La verdad es que ha sido sorprendentemente rápido», dice felizmente Rebecca Fischer. Desde su lugar en el puente de Lambeth, ya solo le quedan unos cientos de metros hasta el palacio de Westminster, donde el féretro de la difunta reina se encuentra ceremoniosamente hasta el lunes, 19 de septiembre de 2022, por la mañana.
A Rebecca le quedan aún otras tres horas antes de estar ante el ataúd de la reina. Ella quiere hacer una breve reverencia y dar las gracias a Isabel II, fallecida a los 96 años. «Ella formó parte de mi vida. Siempre estaba ahí y le estamos muy agradecidos», dice. Y los niños deberían estar presentes porque, al fin y al cabo, aquí se está haciendo historia.
Probablemente se hará historia con la propia fila, que la Policía londinense calcula que podría llegar a tener una longitud de cinco a seis kilómetros. De hecho, existe una página web en la que se puede comprobar, incluso, en todo momento, el fin de la cola que va cambiando constantemente.
La BBC y otras emisoras retransmiten en directo desde el principio hasta el fin de la fila. Al cabo de cuatro días, unas 380.000 personas habrán visto el féretro con su magnífica corona enjoyada. Según la Policía Metropolitana, el número de personas que intentan ver a la reina es tres veces mayor.
«Que todo el mundo levante las manos, por favor, hasta arriba», pide un policía. «Queremos ver el lazo morado», ríe una voluntaria. Solo los que han recibido una cinta púrpura con un número consecutivo al principio de la fila pueden seguir avanzando. «Los británicos somos campeones del mundo en hacer filas, pero esta es una operación enorme», afirma una asistente.
Presencia de la Policía
La fila está controlada por cientos de policías. Se han colocado kilómetros de barreras, 500 baños móviles, se distribuye agua y se venden bocadillos. Los que tienen un lazo púrpura pueden dejar la fila brevemente y volver a unirse a ella después. Los turistas siempre se sorprenden de la tranquilidad y el orden con que avanza la cola. «Los empujones son un tabú”, dice una azafata con chaleco azul que dice Marshall.
«Me entristeció ver que la reina se iba», comenta Michael, un hombre apuesto con coloridos tatuajes en los brazos y piercings en la cara. «Ver el ataúd es ciertamente un momento loco, extraordinario, pero también conmovedor. Ha hecho mucho por nosotros. Sentí que tenía que venir», agrega junto a su novia, quien está de acuerdo con él.
La fila avanza con bastante rapidez, indica Michael. Y aunque se necesiten muchas más horas, explica, cada minuto merece la pena. «Solo puedes entender la monarquía si eres británico”, le responde luego a un periodista alemán. Sobre el rey Carlos III, afirma que será sin duda un buen sucesor de su madre. «Carlos es mi rey», asegura Michael, mientras sigue avanzando hacia Westminster.
(ng/ms)