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Poco a poco, el Unión Berlín va alejándose de su imagen de club modesto al participar ya en competencias europeas. Pero su fichaje más estelar fue el del delantero Jordan Siebatcheu, y por estricta necesidad.Las ventanas de transferencias suelen ser dominadas por grandes clubes e ínclitos personajes. Jugadores como Erling Haaland o Robert Lewandowski, quienes se fueron de la Bundesliga, o Sadio Mané, que llegó, marcan este período veraniego. Bayern Múnich, Borussia Dortmund y RB Leipzig son los equipos alemanes que más han resonado en los medios alemanes por sus fichajes, aunque en realidad los movimientos rebasan con mucho el universo de las elites del fútbol germano.
El Unión Berlín es un buen ejemplo, aunque debe decirse que una de sus motivaciones fue la necesidad. El traspaso más importante del club de Köpenick fue la salida del delantero nigeriano Taiwo Awoniyi, que había recalado en el Unión Berlín luego de años inciertos de rebotar entre el equipo Berlínés, el Liverpool de la Premier League y el Mainz.
Después de mucho pensarlo, el Unión Berlín compró el año pasado la carta del nigeriano y este compensó la confianza jugando el mejor torneo de su carrera, con 15 goles en 31 partidos de liga. Nada mal para un delantero que en torneos anteriores se había distinguido por una puntería perfectible.
Pero, sobre todo, la del Unión Berlín fue una jugada maestra desde el punto de vista financiero. Awoniyi llegó al club alemán con un valor de mercado de cinco millones de euros y, a un año de poseer la carta del jugador, lo vendió este verano al Nottingham Forest por más de 20 millones. Más redondo, ni el balón.
De Awoniyi a Sebatchieu
Como sea, fue la necesidad de sustituir a Awoniyi la que llevó al Unión Berlín a buscar activamente en el mercado de fichajes. En el Young Boys de Berna encontró al francés-estadounidense Jordan Siebatcheu. Se trata de un delantero poderoso, de 26 años y nueve partidos de experiencia internacional con la selección de Estados Unidos.
El fichaje de Siebatcheu costó al Unión Berlín la friolera de seis millones de euros, que el jugador de inmediato empezó a compensar. El atacante marcó ya su primer gol del torneo en el clásico berlínés contra el Hertha, de cabezazo certero. Pero, sobre todo, demostró que se puede entender de maravilla con el surinameño-neerlandés Sheraldo Becker, auténtico motor ofensivo del equipo y con el que Awoniyi había formado una dupla con mucho filo.
Diogo, el nuevo comandante
El otro movimiento que llama la atención por parte del Unión Berlín es la incorporación del defensor Diogo Leite, cedido por el FC Porto. El portugués de 23 años ha sido titular en las dos primeras jornadas del torneo, lo cual hace pensar que el entrenador Urs Fischer ha visto en el jugador cualidades con potencial de titularidad. Se cubriría así, y con creces, la salida de Bastian Oczipka, transferido al Arminia Bielefeld de la segunda división.
La tercera incorporación del Unión Berlín en orden de importancia es la del portero alemán Lennart Grill, cedido por el Bayer Leverkusen. Se trata así de cubrir posibles ausencias del veterano danés Frederik Rönnow, en un año mucho más intenso para el club, que participará en la Liga de Europa.
Unión Berlín y el realismo brutal
Con todo, y pese a los ingresos que generará al equipo este logro europeo, el Unión Berlín siguió una política de transferencias conservadora, con muchos más movimientos de entrada y salida, y con un balance positivo de cerca de 13 millones de euros.
El Unión Berlín y su técnico Urs Fischer han llegado mucho más alto de lo que muchos pensaban cuando el club ascendió a la primera división. La contundente victoria contra el Hertha marcó una tendencia, y el Unión es hoy, claramente, el amo futbolístico de la capital alemana.
Nada de ello hubiera sido posible sin un realismo brutal por parte de entrenador y directivos. Gastar, y hacerlo bien, podría ser la clave para consolidar definitivamente al club berlínés en la primera división. Porque de eso se trata. De no repetir la historia del Hertha, lleno de tradición y de millones, pero absolutamente falto de perspectiva.