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De luto, pero irreductible, Ucrania celebra este miércoles su independencia, exactamente seis meses después del comienzo de la invasión rusa. Ha nacido una nueva Ucrania, cada vez más fuerte, opina Roman Goncharenko.»¿Por qué nunca visité este país antes de la guerra?», tuiteó recientemente una periodista alemana desde Ucrania. Lamentaba no haber conocido las espléndidas ciudades de Leópolis u Odesa sin barricadas.
Muchas personas de Occidente, que han viajado a Ucrania desde la invasión rusa, en febrero de 2022, se hacen la misma pregunta. Por lo general, muchos representantes de los medios, políticos y numerosos voluntarios visitaron por primera vez ese país. Desde la caída de la Unión Soviética, en 1991, Ucrania nunca había recibido tanta atención como ahora. Las recomendaciones de viaje llegaron junto con la guerra.
Y la colega alemana tiene razón al lamentarse. Se ha perdido de algo que nunca más volverá a existir como antes. Y no estamos hablando solo de las huellas visibles de la guerra. La vieja Ucrania, fuertemente marcada por la era postsoviética, está muriendo en los bombardeos rusos: personas, casas, fábricas, ilusiones. La relación amistosa, casi fraternal hacia Rusia nunca volverá a ser como antes de la guerra. La enajenación entre ambos pueblos, que comenzó tras la anexión de Crimea en 2014, no podría ser más profunda. El odio y la rabia marcarán a generaciones.
La mayor amenaza desde hace 100 años
Con una mezcla de luto, lágrimas y obstinación, Ucrania celebra este 24 de agosto su independencia, por octava vez sumergida en una guerra. Pero esta vez, la fecha representa una cesura especial: desde hace exactamente seis meses, Rusia intenta destruir barbáricamente la independencia ucraniana. El actual balance: Ucrania sangra y sufre, pero sigue en pie. ¡Lucha!
El país y su población viven una amenaza tan elemental como hace 100 años. En aquel entonces, los bolcheviques acabaron a tiros con la corta independencia ucraniana, y rusificaron al país en la tradición de la Rusia zarista. ¿Se repetirá la Historia?
No cabe duda de que el presidente ruso, Vladimir Putin, pretende precisamente eso. La supuesta «desnazificación» de Ucrania, que propaga como su meta, en realdiad no es otra cosa que una «desucranización». De los territorios ocupados por los rusos, llegan informes según los cuales se reprime y destruye todo lo que es ucraniano, sobre todo el idioma. El plan demente de Putin consiste en aniquilar a Ucrania en una guerra desmoralizadora. Pero fracasará.
La lucha de la «generación independencia»
El jefe del Kremlin emprendió una campaña militar contra la Ucrania antigua. Parecía una presa fácil: mucho más débil que Rusia a nivel económico y militar, muchas veces dividida a nivel político y social, y con apoyo poco decidido de Occidente. Si bien muchas cosas eran ciertas, Putin calculó mal su ataque.
Seis meses más tarde, se enfrenta a una nueva Ucrania, que apenas se está formando. El país empezó a consolidarse antes, no obstante, la invasión rusa aceleró todo. En tiempo récord, la nueva Ucrania se despide de todo lo que, durante décadas, incluso durante siglos, la unió a Rusia: el idioma, nombres de calles, monumentos. Lo más importante es que la nueva Ucrania está aprendiendo a defenderse. Y aprende rápido.
El nuevo país es tan fuerte a nivel militar como nunca antes, y cada vez es más fuerte, desde luego, con ayuda de Occidente, pero también gracias a su propia fortaleza. A diferencia de hace 100 años, la Ucrania de hoy tiene una clara ventaja: la llamada «Generación independencia».
Con sus 44 años, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que nació en la antigua Unión Soviética, todavía forma parte de esta generación. Sin embargo, el núcleo de la resistencia está compuesto por hombres y mujeres jóvenes entre los 20 y 30 años, que sacrifican sus vidas en el frente, voluntarios, que abastecen incansablemente a los militares, o que ayudan a los refugiados internos.
Es una generación para la cual todo lo ucraniano es algo natural. Lucha por ello, y quiere vencer, y vencerá. Esta nueva Ucrania es la pesadilla de Putin.
(vt/cp)