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Argentina en el G7: una oportunidad, pero con señal de alarma

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Argentina participa en la cumbre del G7 y hay expectativas de que se beneficie con sus exportaciones en un mundo en crisis. ¿Podrá concretarlas?Argentina será el único país latinoamericano en participar en la cumbre del G7, que se realizará desde el 26 hasta el 28 de junio en Elmau, en los Alpes bávaros. Un objetivo central de esa cumbre es desarrollar respuestas a los desafíos globales que plantea el nuevo contexto geopolítico y económico surgido a raíz de la invasión rusa de Ucrania, tanto en lo que respecta a la seguridad alimentaria como a los recursos energéticos. Desde el inicio de la guerra, el precio del trigo, por ejemplo, se ha duplicado hasta llegar a unos 400 dólares por tonelada. Y Rusia está reduciendo cada vez más el suministro de gas a Europa.

El presidente argentino, Alberto Fernández, invitado por el canciller alemán, Olaf Scholz, llegará a Baviera también como representante de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Argentina es el quinto país invitado, junto con India, Indonesia, Sudáfrica y Senegal. “Argentina es miembro del G20, y el ataque ruso a Ucrania hace que los miembros del G7 tomen en serio a esos países como socios y aliados. Y sería una gran oportunidad para que se tome en cuenta a Argentina como país exportador de productos agrícolas y de energía”, dice a DW Federico Foders, profesor de Economía de la Universidad de Kiel. Pero para que Argentina, que está en segundo lugar en el mundo en cuanto a reservas de gas natural, pueda exportarlo, “hacen falta inversiones, tanto argentinas como extranjeras”, agrega.

Gas y litio, pero faltan dólares

Argentina es una de las economías más grandes de América Latina, con un Producto Interno Bruto de cerca de 490 mil millones de dólares. Cuenta con abundantes recursos naturales, con reservas de gas, como el yacimiento de Vaca Muerta, en el sur del país, y de litio, en el norte, y un es líder en producción de alimentos, según el Banco Mundial.

“La mitad de las exportaciones de Argentina son commodities, como el trigo, y eso genera una cierta expectativa alentadora” ante el G7, dice desde Argentina a DW Julián Leone, economista y docente de la Universidad de Buenos Aires. Pero este escenario de guerra en Europa es complejo también para Argentina, explica: si bien las manufacturas agropecuarias casi se duplicaron con respecto a comienzos del año, Argentina se enfrenta, del otro lado de la balanza, a dificultades propias. Este año ya tuvo que importar combustible por casi 1.600 millones de dólares. “Eso genera un desafío para un país que tiene faltante de dólares para comprar, para producir, y para subsistir”, indica.

En Europa, la inflación y el aumento de precios hacen temer una recesión. Eso también incrementa los precios de insumos que Argentina necesita para la producción: las dos caras de una crisis en la cual las economías están interrelacionadas, puntualiza Leone.

El gas necesita tiempo

“Argentina podría contribuir a la seguridad alimentaria y energética en Europa y en el mundo con un marco regulatorio competitivo”, destaca Federico Foders. Pero para extraer y exportar recursos como el gas, además de inversiones, se necesita tiempo. “No se puede realizar de la noche a la mañana, quizás tarde años”, indica.

Para Julio Leone, en el G7 “podría tematizarse el acuerdo de Argentina con el FMI” de cara a la falta de reservas en el país, y ante los intereses punitivos y las metas de pago a ese organismo. La cumbre del G7 “es una oportunidad, pero también hay dificultades en el marco del emprendimiento, y en ese punto y otros hay que poner alguna señal de alarma”.

(ers)

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