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Activistas son perseguidos en Rusia por oponerse a la guerra en Ucrania

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Las autoridades rusas intentan intimidar a quienes se oponen a la invasión de Ucrania. Valientes activistas de Kazán cuentan cómo llevan a cabo sus acciones y qué consecuencias tienen estas para ellos.Desde hace poco más de un mes que entró en vigor la ley contra el “descrédito de las FF. AA. rusas”. Desde entonces, los tribunales rusos abordaron más de 300 casos y abrieron al menos 21 causas penales. En algunos casos, los acusados hicieron un llamado a la paz y exigieron el fin del derramamiento de sangre en Ucrania; en otros, protestaron silenciosamente contra la guerra.

“Cerca de donde trabajo hay una comisaría policial por la que siempre paso. Llevo un año y medio haciéndolo, y nunca un policía se había interesado por mí. Así fue también durante un mes, cuando llevé un lazo verde en mi mochila”, dice Alexei, de Kazán, cuyo nombre fue cambiado a petición suya.

Socavar la confianza de las FF. AA. “en presencia de los ciudadanos”

Desde el inicio de la guerra, varios activistas han realizado una serie de acciones por la paz en varias ciudades de Rusia. Ellos cuelgan lazos verdes en lugares públicos o los portan para protestar silenciosamente contra la guerra. Alexei fue detenido en el centro de Kazán, la capital de la república rusa de Tatarstán. Dijo que el lazo verde de su mochila era originalmente una señal de apoyo a la lucha contra el cáncer de riñón, pero Alexei no oculta que ahora también se solidariza con los opositores a la invasión rusa de Ucrania.

“En la comisaría fui testigo de una situación muy interesante. El jefe del departamento de Policía llamaba todo el tiempo a alguien para aclarar qué era aquello de lo que se me acusaba. Primero se redactó un protocolo, luego otro, y finalmente se reescribió todo”, narró Alexei. Al final, se le acusó de socavar la confianza en las FF. AA. rusas “en presencia de los ciudadanos”. Según el protocolo, Alexei llevaba una mochila negra con un lazo verde atado a ella, lo que fue catalogado como un símbolo de una acción de protesta desautorizada.

Cada vez hay más detenciones

Asat Sabirov e Irina Badertdinova fueron detenidos en Kazán hace unos días. Ellos cambiaron las etiquetas de los precios por mensajes contra la guerra en Ucrania en algunos comercios. Por ejemplo, en un estante con paquetes de café se leía: “El ejército ruso bombardeó la escuela de arte de Mariúpol. Unas 400 personas trataron de salvarse allí del bombardeo”. Ambos fueron acusados de “socavar la confianza en las FF. AA. de la Federación Rusa”. Sin embargo, ni ellos ni Alexei han sido juzgados aún.

En tanto, los habitantes de Kazán informan que en los últimos días se han producido cada vez más detenciones en las calles. Un ciudadano, que desea permanecer en el anonimato, dice que fue detenido por llevar una bufanda azul y una chaqueta amarilla, que son los colores de la bandera ucraniana. Otra residente de la ciudad cuenta que fue detenida por colocar folletos contra la guerra en los baños públicos. Otro hombre denuncia haber sido detenido por llevar un ramo de flores azules y amarillas.

Registros y procedimientos penales

Antes de que comenzaran las detenciones, se realizaron registros de periodistas, activistas y estudiantes de Kazán. Muchos de los afectados se quejaron de haber sido víctimas de la violencia policial. “Durante los registros hubo terribles insultos, humillaciones, amenazas, además de golpes en la cabeza y en la espalda. Te ponían las esposas y tenías que arrodillarte durante tres o cuatro horas. Amenazaron con desnudar a mi madre, de 69 años, si no les decía dónde estaba mi teléfono móvil”, contó el activista Andrei Boyarshinov, quien se halla en prisión preventiva y fue culpado por llamar públicamente a realizar actividades terroristas.

Otros tres ciudadanos de Kazán, Marina Ionova, Timur Tukhvatullin y Ruslan Terentyev, fueron acusados de organizar disturbios masivos en Telegram, pero los abogados de los activistas dudan de la veracidad de estas imputaciones: “No puedo decir si todos estos mensajes y publicaciones son reales. Solo he visto una captura de pantalla, pero tampoco está claro dónde se tomó”, afirmó Ruslan Ignatiev, abogado de Timur Tukhvatullin.

Buscan silenciar a la gente

Historias similares son contadas por residentes de diferentes regiones de Rusia, desde Kaliningrado hasta Magadán. Folletos contra la guerra, grafitis o ropa con los colores de la bandera ucraniana son cosas que “desacreditan al Ejército ruso”, según los policías y los jueces.

“Estas persecuciones se producen realmente en masa. Las personas que se oponen a la operación militar con mayor frecuencia y más abiertamente que otras están implicadas en diversas causas penales que ya están en marcha. Todo esto se hace, por supuesto, con el propósito de intimidar. Las autoridades creen que con registros y procedimientos penales pueden silenciar a la gente”, afirmó Elsa Nisanbekova, activista de derechos humanos.

(ju/cp)

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