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La prensa en alemán tematiza esta semana la sorprendente victoria del economista Rodrigo Alberto Chaves Robles en las elecciones presidenciales, frente al claro favorito, José María Figueres Olsen.El diario alemán Süddeutsche Zeitung escribe: «Hasta ahora, Costa Rica era considerado uno de los países más estables políticamente de Centroamérica. La región está marcada por las crisis y la violencia, pero Costa Rica se las ha arreglado sin Fuerzas Armadas durante décadas y es un destino popular para los turistas, con sus bosques tropicales y sus pintorescas playas. Pero la pandemia ha golpeado duramente al país. Casi una cuarta parte de los cinco millones de habitantes viven ahora por debajo del nivel de pobreza. Además, hay una crisis política que lleva años latente. Muchas personas han perdido la confianza en los partidos establecidos y en sus políticos, a los que perciben como distantes y corruptos.
Aquí es exactamente donde entra en juego el ganador de las elecciones, Rodrigo Chaves. Nació y creció en Costa Rica, pero este hombre de 60 años ha pasado la mayor parte de su vida adulta en el extranjero. Economista de formación, ha trabajado para el Banco Mundial en varias decenas de países y solo regresó a Costa Rica en 2019 para ser ministro de Hacienda en el gobierno del actual presidente, Carlos Alvarado Quesada. Pero tras disputas, Chaves dimitió después de solo medio año. Se quedó en el país y se convirtió en un crítico declarado del gobierno. En julio del año pasado, anunció finalmente su candidatura a la presidencia.
Tras una campaña electoral cada vez más sucia, mucha gente parece haber perdido el interés por la política. En la primera vuelta, Figueres seguía por delante de Chaves, pero la participación fue extremadamente baja. También en la segunda vuelta, apenas superó el 55 por ciento. El recién elegido presidente de Costa Rica tiene poco apoyo en el Congreso. Tiene que hacer frente a un presupuesto ajustado y ahora gobernará un país políticamente dividido.»
El nuevo presidente no es un novato
En Suiza, el diario Neue Zürcher Zeitung anota sobre Rodrigo Chaves Robles: «Esa etiqueta de ser alguien ‘de afuera’ no es del todo correcta. En efecto, el economista había trabajado para el Banco Mundial en el ámbito de la investigación sobre la pobreza durante más de 27 años. Sin embargo, bajo el mandato del ahora saliente presidente Carlos Alvarado Quesada, fue ministro de Hacienda durante unos meses al inicio de la pandemia. Al cabo de solo seis meses, dimitió porque las reformas económicas de Alvarado no le parecían lo suficientemente amplias.
Chaves Robles tampoco está exento de escándalos. Está supuestamente implicado en varios casos de acoso sexual, que finalmente le llevaron a dimitir del Banco Mundial. Niega las acusaciones. En última instancia, el economista, que era desconocido en Costa Rica hasta hace unos meses, disfrutó de la ventaja de representar una cara fresca para un nuevo comienzo radical.
La debacle electoral del anterior partido de gobierno, el Partido Acción Ciudadana (PAC), que proporcionó los dos últimos presidentes, demuestra hasta qué punto los ciudadanos desean un nuevo comienzo político. Además de la profunda crisis económica, que obligó al partido, en realidad progresista, a realizar reformas económicas impopulares, el partido se vio sacudido por escándalos de corrupción. El PAC no está representado en el nuevo parlamento.»
Abstención masiva en las elecciones
El diario alemán TAZ anota sobre el descontento en la población: «Dada la crisis económica en la que se encuentra Costa Rica, el candidato del PAC no obtuvo ni siquiera el 1 por ciento de los votos en las elecciones de febrero. Debido al coronavirus, Costa Rica, a menudo llamada la ‘Suiza de Centroamérica’, sufrió graves pérdidas en el turismo, la principal fuente de ingresos del país. La tasa de desempleo es del 14 por ciento, uno de cada cinco se considera pobre y casi la mitad de los costarricenses tienen empleos precarios.
A principios de 2021, el Gobierno decidió pedir un préstamo al Fondo Monetario Internacional por valor de 1.778 millones de dólares. Las obligaciones asociadas, como el ahorro en el sector público, dieron lugar a protestas, que los partidos de derecha también pudieron utilizar contra el gobierno. Además, los escándalos de corrupción golpearon al PAC.
Estas acusaciones, así como la crisis, pueden haber contribuido a que el 42,85 por ciento de los votantes con derecho a voto ni siquiera acudieran a las urnas el domingo.»
(ers)
