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Con la pandemia, los viajes corporativos tuvieron un abrupto final. Las compañías aéreas y los hoteles hacen frente a una fuerte caída del volumen de negocio. ¿Qué depara el futuro a ese segmento turístico?Antes del estallido de la pandemia de coronavirus, las empresas alemanas gastaban más de 55.000 millones de euros en viajes de negocios. Una suma récord. En 2019, alrededor de 13 millones de viajeros corporativos se desplazaron por Alemania, visitando ferias y congresos, hoteles y restaurantes, generando así también empleos y bienestar económico.
Según la Asociación Alemana de Gestión de Viajes (VDR), los viajes de negocios se redujeron en torno al 80% en el primer año de la pandemia. Las cifras para 2021 son igualmente sombrías, señala la vicepresidenta de VDR, Inge Pirner, en entrevista con DW. La consecuencia: una caída masiva de la facturación en elsector aéreo y hotelero. ¿Cómo afrontan la debacle esos sectores económicos?
Los turistas, al rescate
En el pasado, la mayor aerolínea alemana, Lufthansa, estaba muy orientada hacia los viajes de negocios y generaba más de la mitad de su facturación con ese sector. «Los ingresos por asiento que generan los viajeros de negocios son altos», confirma a DW la profesora Yvonne Ziegler, de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Fráncfort, y agrega que, por ello, «Lufthansa descuidó a los pasajeros de clase turista”.
La pandemia ha obligado a una revisión de ese modelo de negocios. Aerolíneas como American Airlines, United y Delta, y también Emirates y Finnair, pasaron a reducir sus clases «business”. A cambio, ampliaron la clase económica «premium», que ofrece más espacio y un mejor servicio que la clase económica ordinaria. Una comodidad que cuesta dinero. Los turistas son ahora la tabla de salvación de muchas aerolíneas.
Ziegler considera que esta conversión es «absolutamente sensata», ya que, de poco sirve reservar mucho espacio para los viajeros de negocios, si no aprovechan la oferta. Sin embargo, espera una reactivación lenta en el segmento de viajes de negocios, ya que las regulaciones de entrada intraeuropeas e internacionales se están relajando, y se están celebrando cada vez más ferias comerciales y conferencias.
También los hoteles se ven obligados a adaptarse
Tobias Warnecke, de la Asociación Alemana de Hoteles (IHA), estima que los viajeros de negocios representan alrededor del 25% del total de las pernoctaciones. En general, dijo Warnecke, 2020 y 2021 fueron «catastróficos» financieramente. Las cifras de la Asociación Alemana de Hoteles y Restaurantes (DEHOGA) respaldan esa apreciación: en ambos años, los sectores de la hotelería y la hostelería tuvieron que absorber caídas de ingresos del 40% en comparación con 2019.
Ben Brahim es director general de Accor Alemania y es responsable de unas 350 operaciones hoteleras en los segmentos económico, de gama media y de lujo. En general, la cadena hotelera estaba «muy centrada en los viajes corporativos a eventos y ferias», dijo Brahim. «Ahora, el número de turistas está creciendo”.
Accor también ha respondido al cambio ofreciendo más espacio de oficina y co-working para locales, dijo. A medio y largo plazo, dijo, la empresa quiere seguir ofreciendo esas opciones. «Los huéspedes, los locales y las empresas deben poder utilizar nuestros hoteles como espacios de oficina externas».
Si bien Brahim prevé un descenso permanente de los viajes de negocios, cree que no desaparecerán por completo porque «los negocios necesitan el encuentro real entre personas”.
¿Qué nos depara el futuro?
Wolfram Eberhardt, portavoz de CLAAS, una típica empresa alemana mediana, lo confirma. Tiene su sede cerca de Bielefeld y cuenta con instalaciones de producción en todo el mundo. Según Eberhardt, CLAAS realiza alrededor del 80% de su facturación en el extranjero. En ese sentido, los viajes de negocios han desempeñado y siguen desempeñando un papel importante.
Es cierto que la empresa ha ahorrado «millones» gracias al freno forzoso de los viajes de negocios. Pero «las reuniones virtuales no pueden sustituirlo todo», afirma Eberhardt. Sobre todo, cuando se trata de poner en marcha proyectos importantes de la compañía. Es muy importante convencer a los clientes potenciales personalmente.
«Los viajes de negocios y las reuniones cara a cara siguen siendo esenciales para establecer contactos, desarrollar la empatía y encontrar la confianza», explica Inge Pirner.
Bill Gates, fundador de Microsoft, vaticinó en 2020 un descenso continuo de los viajes de negocios en un 50%. Una tendencia visible en Alemania. Las ventajas son evidentes: menos desplazamientos ahorran dinero y tiempo, y tienen un efecto positivo en el balance climático de las empresas. Entre las desventajas, se cuenta la falta de contacto personal con el cliente, que no siempre puede ser sustituido por los medios virtuales. Aún no queda del todo claro cuál de las dos formas se impondrá.
(jov/cp)