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Para China, la guerra en Ucrania se produjo por una sola razón: la «mentalidad de la Guerra Fría». Según el gigante asiático, EE. UU. y la OTAN nunca han superado esa ideología. ¿Qué hay de cierto en eso?El lunes pasado (07.03.22), el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, declaró que la amistad con Rusia es «sólida como una roca» y que se trata de «la relación bilateral más importante del mundo» que «contribuye a la paz, la estabilidad y el desarrollo mundial».
De esa forma, China expresa claramente su apoyo a Rusia, demostrado por su doble abstención en el Consejo de Seguridad de la ONU (26.02.2022) y en la condena de Rusia por parte de 141 estados en la Asamblea General de la ONU (02.03.2022) respecto a la guerra en Ucrania. El ministro Wang apuntó a la «mentalidad de Guerra Fría» como la verdadera razón de la guerra, contra la que tanto China como Rusia luchan.
Debemos «centrarnos en la coexistencia pacífica»
El eslogan de «mentalidad de la Guerra Fría» ha sido muy utilizado por China en los últimos años, especialmente en sus críticas a EE. UU. Por ejemplo, durante el Foro Económico Mundial de Ginebra, a mediados de enero de 2022, el presidente chino, Xi Jinping, declaró: «Debemos superar la mentalidad de la Guerra Fría y centrarnos en la coexistencia pacífica y en estrategias en las que todos ganemos». Y añadió: «Lo más peligroso sigue siendo la aspiración de la hegemonía y la opresión de los demás». Sin nombrar a EE. UU., estaba claro que el mensaje era para Washington.
La Guerra Fría se desarrolló entre 1947 y 1989. Como es bien sabido, este conflicto involucró a dos bandos: a las llamadas «potencias occidentales», lideradas por EE. UU., y al bloque oriental, liderado por la Unión Soviética, los que se enfrentaron en el marco de un conflicto ideológico entre el capitalismo y el comunismo. La Guerra Fría terminó con el desmoronamiento del bloque oriental y de la Unión Soviética.
China, que perteneció al bando oriental después de la Segunda Guerra Mundial, rompió sus relaciones con la Unión Soviética en 1960. La razón: el entonces gobernante de la URSS, Nikita Khrushchev, promovía la coexistencia pacífica, mientras que el líder chino, Mao Zedong, defendía un rumbo agresivo hacia la revolución mundial.
Guerra Fría 2.0
No obstante, cuando China habla de una «mentalidad de Guerra Fría», ya no se trata de dos bandos. En opinión del gigante asiático, EE. UU. y la OTAN no han superado el pensamiento de la Guerra Fría, y Rusia se ve permanentemente amenazada por la OTAN.
En la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022 en Pekín, Putin y Xi se reunieron para reforzar la amistad entre ambos países. En una declaración conjunta dijeron: «Ambas partes rechazan una mayor expansión de la OTAN y le exigen que abandone sus planteamientos ideologizados de la Guerra Fría, que respete la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países».
Es cierto que cada vez más políticos y analistas de Occidente hablan de una nueva Guerra Fría 2.0, refiriéndose a las crecientes tensiones entre Washington y Pekín, pero también entre la Unión Europea y China.
Desde el punto de vista chino, esa terminología trasladaría al siglo XXI formas de pensamiento obsoletos. Según China, son Occidente, EE. UU. y la OTAN los que han buscado unilateralmente la confrontación con China y con Rusia.
La rivalidad es evidente
«Nos movemos hacia una nueva Guerra Fría, esta vez con China como principal adversario», explicó a DW Michał Lubina, politólogo experto en relaciones entre Rusia y China de la Universidad Jagellónica de Cracovia. Así que la percepción de China no es del todo errónea.
Lubina considera una hipocresía que China hable de una mentalidad de Guerra Fría y que Rusia justifique su defensa frente a la OTAN. Según el experto, Rusia y China actúan «porque creen que los países pequeños y medianos no tienen agenda. Incluso me atrevería a decir que no habría guerra si Rusia se hubiera tomado en serio a Ucrania, porque entonces habrían tomado en serio al Ejército ucraniano».
En la visión del mundo de Rusia, no es posible que un país como Ucrania ejerza su soberanía y elija libremente la democracia y el acercamiento a la Unión Europea. Lo mismo ocurre con Taiwán: para China, es inaceptable que la isla tenga ideas propias sobre su futuro porque la considera como una provincia renegada.
Este pensamiento de las esferas de influencia, en el que unas pocas naciones grandes deciden por sí solas cómo se ordena el mundo, fue expresado en 2010 por el entonces ministro de Asuntos Exteriores chino, Yang Jiechi, cuando dijo a los Estados del sudeste asiático: «China es un gran país. Otros países son pequeños. Eso es simplemente un hecho». Los países del sudeste asiático deben plegarse a la pretensión de liderazgo de China, siguiendo la tradición de la Guerra Fría. (ju/cp)
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