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La mayor feria literaria del este y la segunda de toda Alemania se suspende oficialmente por ómicron. ¿La dejaron caer las grandes editoriales del oeste de Alemania por desprecio al mercado del este alemán y europeo?¿Se trata del principio del fin de la mayor feria literaria del este alemán y la segunda más grande de Alemania? La cancelación de la Feria del Libro de Leipzig ha provocado un arduo debate sobre si las grandes editoriales del oeste dejaron caer la feria por puro desprecio al mercado del libro y las editoriales independientes del este alemán.
Entretanto, la ministra alemana de Cultura, Claudia Roth, ha pedido a los responsables un diálogo orientado hacia el futuro. Como trasfondo hay dos preguntas que deberán ser respondidas en el mercado del libro alemán durante los próximos años:
¿Cómo se puede mantener un equilibrio entre las editoriales independientes y las grandes editoriales? Y ¿qué papel juega la literatura del este de Alemania y del este europeo? O tal vez ambas preguntas puedan resumirse así: ¿quién es responsable de mantener la diversidad en la escena literaria alemana, o incluso de expandirla?
Cancelación de la Feria del Libro de Leipzig: una cronología
Lo que muchos se preguntan es qué pasó en realidad. La pandemia del coronavirus afectó a todas las ferias literarias de Alemania. Mientras la Feria Internacional del Libro de Fráncfort fue virtual en 2020 e híbrida, con un número limitado de visitantes, en 2021, la Feria del Libro de Leipzig tuvo que ser cancelada dos veces seguidas. En marzo de 2020, toda Alemania se paralizó de pronto, y en 2021 fue postergada hasta el mes de mayo, pero luego también cancelada, ya que las cifras de contagio del coronavirus continuaban siendo altas en Alemania. Al menosm el festival de literatura «Leipzig lee» pudo llevarse a cabo.
En 2022, el equipo de organizadores de la Feria de Leipzig decidió correr riesgos, sin un plan B. Pero entonces llegó la variante ómicron del SARS-CoV-2, altamente contagiosa. Aunque, en enero, un 75 por ciento de los expositores aseguraron su asistencia, poco después hubo una ola de cancelaciones. «No eran pequeños y grandes expositores», señaló Oliver Zille, director de la feria, en entrevista con DW. «Todos estaban luchando contra las dificultades de escasez de personal en la feria, todos estaban preocupados por el aumento de contagios y por la incertidumbre», añadió.
Director: la «diversidad del mercado alemán del libro” no estaba representada en Leipzig
Mientras crecía la ola de ómicron en Alemania, también el número de cancelaciones se volvía cada vez mayor. En esa compleja situación, el director de la Feria de Leipzig tuvo que tomar una decisión. «Simplemente no fue posible organizar la feria de tal modo que la diversidad del mercado alemán del libro —y ese es nuestro reclamo— pudiera estar adecuadamente representada», explica. En consecuencia, el 9 de febrero, anunció que la feria se suspendía.
Pero, desde entonces, los rumores bullen en el escenario cultural alemán. Viejos conflictos estallan y ha surgido un gran debate entre los editores, los medios y los autores.
¿Por qué justamente Leipzig?
Las comparaciones con la Feria del Libro Infantil de Bolonia o con la Feria del Libro de Londres, que sí se realizarán, no caben, dice Zille.
«Esas son ferias especializadas. A Bolonia llegarán tal vez unos 25.000 visitantes, la cantidad que recibimos en Leipzig en un solo día. En los festivales de lectura se puede mantener mejor el distanciamiento social. Pero nosotros somos una feria para el público, aquí lo importante es el contacto directo».
¿El oeste vs. el este?
Algunos medios alemanes ya auguraban el principio del fin de la Feria del Libro de Leipzig, viendo cómo el poder del mercado occidental del libro triunfaba sobre el oriental, que era, una vez más, estafado. Sin embargo, Oliver Zille piensa que tal reducción a las particularidades históricas de Alemania es corta de miras.
«La vehemencia me sorprendió bastante», subraya el director de la feria, nacido en esa ciudad sajona. La Feria del Libro de Leipzig ya superó eso hace tiempo, según él. Y la importancia de esa feria para la literatura del este europeo, así como para los debates sociopolíticos, va mucho más allá.
¿Los pequeños contra los grandes?
«La negativa es un duro golpe al panorama cultural y muestra una miopía sociopolítica», critica la alianza «Editores contra la derecha», que reúne a 80 editores y particulares. En especial, esa organización encontró objetable la redacción del comunicado de prensa, que indicaba que, debido a las cancelaciones repentinas de algunos grandes editores y grupos editoriales, «ya no se puede garantizar la calidad y la amplitud del contenido esperadas».
En una carta abierta la alianza plantea: «¿Se está anteponiendo seriamente la masa económica a la calidad, para descartar a los actores menores en el mercado del libro por ser irrelevantes?»
Varios autores se unieron en una petición: «Abran la feria del libro», exigen 24 escritoras y escritores en una carta abierta, entre ellos, Gregor Sander, Katja Oskamp, Peter Wawerzinek, Julia Schoch, Sabine Rennefanz, Thomas Lang, Christian Baron, Lea Streisand y Bov Bjerg.
La misiva está dirigida no solo a los organizadores de la Feria del Libro de Leipzig, sino también a los grandes grupos editoriales Penguin Random House, Holtzbrinck y Bonnier. El motivo: mientras los grandes grupos, entre ellos, Oetinger y Penguin Random House, cancelaron su participación, la Fundación Kurt Wolff, que representa los intereses de editoriales independientes, siguió aferrándose a la feria.
Desarrollar perspectivas
Oliver Zille, sin embargo, se opone a esa narrativa: «Para nosotros no era una cuestión de grandes o pequeños», aclara. «La organización de la feria simplemente ya no era factible ante a la ola creciente de ómicron», insiste.
Como sea, para el director de la feria, «si hay algo positivo en todo esto, a pesar de todas las dificultades, es la confirmación de muchas voces de cuán urgentemente se nos necesita». Así que este debate podría convertirse en algo productivo, porque ha quedado claro que hay una necesidad fundamental de dialogar. Las futuras conversaciones con la ministra alemana de Cultura podrían ser un comienzo.
(cp/rml)