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El candidato populista de derecha, busca reducir el tamaño del Estado, bajar los impuestos a los empresarios y mantener el modelo económico. Kast ofrece mano dura y se opone a la creación de una nueva Constitución.Los candidatos, José Antonio Kast y Gabriel Boric, se enfrentan en una de las elecciones presidenciales más importantes de Chile en los últimos 30 años. Los aspirantes a la presidencia, que vienen de mundos políticos diametralmente opuestos, tienen propuestas muy diferentes sobre el rumbo que debería tomar el país que solía ser admirado en la región.
Además, el próximo presidente del país suramericano podría tener un impacto e influencia importante en el fracaso o éxito de la Convención Constituyente, que actualmente redacta la nueva Constitución.
¿Quién es José Antonio Kast?
José Antonio Kast (55) es el candidato conservador del Frente Social Cristiano, reconocido nostálgico de la dictadura de Augusto Pinochet, que ha surgido desde la derecha más recalcitrante del país y que ha sido comparado con presidentes como Jair Bolsonaro y Donald Trump. Además, Kast sigue los pasos al partido populista de derechas español VOX. El candidato conservador es también abogado, ha sido diputado en dos distritos y se presenta por segunda vez para llegar a la presidencia.
El aspirante a La Moneda -casa de Gobierno-, quien en sus discursos suele repetir las palabras «patria», «libertad», «familia» y «paz», promete devolver la estabilidad, la seguridad y el crecimiento económico que, según él, el país tenía previo a octubre de 2019, cuando comenzaron las protestas del llamado estallido social. Por lo tanto, su intención es mantener intacto el actual modelo de desarrollo y la Constitución de 1980, originada en la dictadura, de la que defiende parte de su legado.
¿Qué se puede esperar de un gobierno de Kast?
En su gobierno, José Antonio Kast buscaría rebajar aún más los impuestos para atraer a los inversionistas, reducir el tamaño y la capacidad de acción del Estado, cerrando algunos ministerios y despidiendo a funcionarios, a los que él llama «operadores políticos».
Además, el candidato presidencial, de ascendencia alemana, propone actuar duramente contra la delincuencia y el narcotráfico, particularmente en la región de la Araucanía, donde obtuvo una de sus mayores votaciones en la primera vuelta presidencial. Y, al igual que el mandatario saliente, Sebastián Piñera, es probable que profundice aún más la militarización en la zona para intentar resolver el histórico conflicto mapuche.
En cuanto a la crisis migratoria en el norte del país, propone el control y expulsión de lo que él llama «inmigrantes ilegales», que cruzan por pasos no habilitados. Entre una de sus medidas más controvertidas, Kast sugirió instalar una zanja de cientos de kilómetros en el desierto para impedir el paso irregular de inmigrantes.
Kast, un defensor de la dictadura militar
José Antonio Kast suele relativizar y minimizar las violaciones de los derechos humanos ocurridas en la dictadura de Pinochet. No hace mucho, hacía una comparación con las dictaduras de Nicaragua, Venezuela o Cuba: «Aquí (en Chile) la salida de la dictadura fue con elecciones democráticas en las que no se encerró a los opositores políticos. Eso marca la diferencia fundamental».
Y, si bien ha tenido que moderar sus lineamientos en búsqueda del voto del centro, ha sido acusado de tener propuestas que atentan contra la democracia y las libertades personales como «ordenar, interceptar, abrir documentos y toda clase de comunicaciones, y arrestar a personas en lugares distintos a cárceles», durante un estado de excepción, prácticas que tenía la policía secreta de la dictadura militar (DINA). También ha dicho que podría cerrar el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
Kast, casado y con nueve hijos, es miembro activo del movimiento católico conservador Schoenstatt. No está de acuerdo con el aborto. Si bien ha asegurado ser una persona «profundamente democrática», ha dicho que en Chile busca instaurarse una «dictadura gay», por lo tanto, se opone al matrimonio igualitario, que fue recientemente aprobado por el Congreso.
Rechazo a la nueva Constitución
Ciertamente, también fue criticado por haber anteriormente relativizado que el cambio climático sea provocado por la acción del ser humano, por haber tenido entre sus propuestas retirar a Chile de la ONU y eliminar el Ministerio de la Mujer, además de expresar su rechazo a la Convención Constituyente y a una posible nueva Carta Magna.
Un futuro gobierno de Kast buscará que la nueva Constitución no sea fructífera, por lo que existe una posibilidad de que encabece el rechazo al plebiscito de salida. Surgen dudas de si aceptaría o no que la Convención Constituyente tome decisiones sobre un posible acortamiento de su gobierno. Su intención sería, como así lo afirmó cuando comenzó el proceso constituyente, rechazar la nueva Constitución para mantener la actual.
Quienquiera que gane los comicios, lo hará probablemente de una manera muy ajustada. El próximo presidente de Chile tomará el poder en marzo de 2022, con un Congreso dividido y posiblemente con una férrea oposición que pondrá a prueba sus habilidades políticas. (ms)