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La tendencia del maquillaje natural está ganando cada vez más terreno. Una alternativa al famoso contouring en la que vamos a emplear menos cantidad de producto. El soft sculpting es una técnica de maquillaje cuyo objetivo no es otro que conseguir un maquillaje natural, fresco y con un aspecto relajado que, al mismo tiempo, está definido. Una técnica de esculpido suave fácil y rápida de aplicar que promete conseguir el mismo efecto del contouring, pero usando menos producto.
De ahí que se le denomine la nueva versión del contouring. ¿En qué se traduce eso? Un mayor cuidado de la piel. Una apuesta segura por la naturalidad y la discreción que deja en un segundo plano a las técnicas que emplean una gran cantidad de maquillaje.
A continuación, te contamos todo sobre una técnica de esculpido suave, fácil y rápida de aplicar, que promete conseguir un rostro definido y natural al mismo tiempo. Para poner en práctica el soft sculpting solo necesitamos tres cosméticos: bronzer, colorete e iluminador.
Bronzer
Lo primero que vamos a hacer es aplicar el bronzer, una base de maquillaje que utilizamos en el contouring, pero de diferente manera. Mientras que en el contouring lo aplicamos en el hueco inferior del pómulo, en este caso lo vamos a hacer por encima del pómulo.
Uno de los trucos que nos dan los expertos es el de sonreír, frente al espejo, para ver cuál es el punto más alto del pómulo. Ahí es donde aplicaremos el bronzer en barra hacia la sien. Eso sí, es importante que el tono de bronzer que elijas sea solo un tono superior al de tu piel y que, al principio, apliques poca cantidad para ir viendo el cambio de manera progresiva. Porque no tienes que perder de vista que es una técnica que apuesta por la naturalidad y la frescura.
Colorete o Blush
Un aliado perfecto para darle vida a nuestro rostro. En este caso podrás utilizarlo tanto en barra como en polvo. La aplicaremos en la parte de la mejilla que sobresale cuando nos reímos y lo deslizamos hacia afuera, hacia el final del rabillo del ojo y el cabello.
Iluminador
Y es que el iluminador le va a dar al rostro ese toque radiante y luminoso que le falta. Eso sí, lo que recomiendan los expertos es aplicarlo en crema o líquido, ya que son los formatos que nos van a dejar un resultado suave y natural. También es importante que escojamos un tono que se vaya a acoplar tan bien con nuestro tono de piel que quede natural.
¡Y listo! Con estos tres sencillos pasos vamos a conseguir lo que se conoce como un «efecto buena cara» o efecto contouring, pero con menos maquillaje. Si eres de las que cree que «menos es más», no te puedes resistir a probar esta técnica.