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COVID-19: ¿cómo llega Europa al invierno?

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El desarrollo de las infecciones y muertes por COVID-19 en Europa varía ampliamente. ¿Qué influencia tienen la tasa de vacunación y las restricciones? ¿Qué se espera para el invierno? Aquí la situación de algunos países.Italia

Las manifestaciones contra las drásticas medidas anticovid del gobierno en Italia han disminuido en gran medida. Desde el 15 de octubre, Roma impone las medidas más estrictas de todos los países de la UE. Todo empleado debe presentar un pasaporte sanitario en el que conste que han sido vacunados contra el COVID-19, se han recuperado o han dado negativo a una prueba en las últimas 48 horas. Así, los italianos pueden elegir entre la vacunación o el desempleo. Quien quiera salir a comer o ir al cine también debe presentar su pasaporte sanitario. Y las mascarillas siguen siendo obligatorias en los espacios públicos cerrados.

Esta política está funcionando, porque con solo 29 nuevas infecciones por cada cien mil habitantes, Italia es ahora uno de los alumnos modelo de Europa. A principios del año pasado, Italia fue el primer país de Europa que se vio afectado por la pandemia, con un elevado número de casos y muertes. El primer ministro Mario Draghi ha optado por estas medidas para garantizar la recuperación de la economía italiana. Le ayuda el hecho de que la mayoría de los italianos acepten el “Pasaporte COVID-19” y que el 80 por ciento de los adultos ya estén vacunados.

Gran Bretaña

Gran Bretaña había recibido críticas a principios de este año por su campaña de vacunación rápida. Pero la ventaja del comienzo temprano parece haber desaparecido: algunos virólogos sospechan que el efecto de la vacuna de AstraZeneca podría desaparecer después de solo medio año. El 79 por ciento de los británicos adultos están ahora totalmente vacunados.

Con unos 458 casos (por cada 100.000 habitantes), el país está experimentando actualmente un fuerte aumento de nuevas infecciones. Las muertes y los ingresos hospitalarios también son correspondientemente altos. El Gobierno británico había levantado prácticamente todas las restricciones a mediados de julio en el llamado “Día de la Libertad”. Desde entonces, también se ha animado a los trabajadores a dejar el teletrabajo y volver a las oficinas. Además, el tráfico de pasajeros casi ha vuelto a niveles prepandemia.

Los expertos ya habían advertido en verano que el levantamiento de todas las restricciones era prematuro. Ahora, los representantes del sistema sanitario piden, por ejemplo, que se reintroduzca la obligatoriedad de las mascarillas en los lugares públicos, y advierten de una “crisis invernal”. Pero el gobierno rechaza actualmente nuevas restricciones.

Letonia

Por su parte, Letonia acaba de imponer una nueva cuarentena hasta mediados de noviembre. Con 765 nuevas infecciones (por cada 100.000), el estado báltico se sitúa a la cabeza de las estadísticas europeas, y el número de muertes y de enfermedad severa muestra una fuerte tendencia al alza. Solo algo más de la mitad de los letones están vacunados, lo que confirma la tendencia de otros países de Europa del este. Están casi siempre muy por detrás de sus vecinos occidentales, porque el escepticismo sobre la vacunación es especialmente alto y la confianza en las autoridades tiende a ser baja.

“Pido disculpas a los que ya se han vacunado, pero las restricciones se aplicarán para todos”, dijo el lunes el primer ministro Krisjanis Karins. En este confinamiento, todos los restaurantes, cines y otros lugares públicos volverán a permanecer cerrados, y se aplicará un toque de queda desde las 20:00 hasta las 5:00 horas. Solo las tiendas de alimentos permanecerán abiertas. Y se le ha pedido a los letones que vuelvan a hacer teletrabajo.

Portugal

Portugal es el ejemplo opuesto. El gobierno de Lisboa impuso duras cuarentenas desde el principio. Ahora, el país ha registrado bajas tasas de contagios (43 por cada 100.000 habitantes), acompañadas de pocas muertes e ingresos hospitalarios. El secreto aquí radica en una campaña de vacunación exitosa y ejemplar. El 85 por ciento de los portugueses están totalmente vacunados contra el coronavirus, liderando las estadísticas internacionales.

Este éxito se basa en la planificación casi militar de la campaña de vacunación por parte de un almirante de la marina portuguesa. Se hizo cargo del “grupo de trabajo” frente al coronavirus en febrero y utilizó grandes instalaciones deportivas para vacunar allí como si se tratara de una línea de montaje. Entretanto, el oficial declaró que la misión se había completado con éxito.

Alemania

Mientras que Alemania parecía ser ejemplar a la hora de enfrentar la pandemia el año pasado, la campaña de vacunación tambalea ahora. Solo el 66 por ciento de los ciudadanos se ha vacunado completamente, lo que sitúa a Alemania por detrás de Francia, España, Italia y otros países vecinos, y el número de los que siguen dispuestos a vacunarse se considera bajo. La situación parece especialmente sombría en los estados del este de Alemania.

A diferencia de otros países de la UE, Alemania ha prescindido por completo de las medidas de vacunación obligatoria. Una encuesta realizada entre personal hospitalario mostró que los escépticos de la vacunación seguían temiendo los efectos secundarios y muchos querían seguir esperando. En Francia, la tasa de vacunación aumentó bruscamente cuando se obligó a vacunar al personal sanitario, a la policía y a los bomberos, y se introdujo el “Pasaporte COVID-19” para viajar e ir a restaurantes.

Aunque Alemania sigue estando en el rango más bajo de nuevos contagios semanales en las estadísticas oficiales, la baja tasa de vacunación debería preocupar ante la proximidad del invierno. Además, las medidas de protección se aplican con distintos grados de rigor en los estados federales y sigue habiendo un mosaico de normativas.

(ct/er)El desarrollo de las infecciones y muertes por COVID-19 en Europa varía ampliamente. ¿Qué influencia tienen la tasa de vacunación y las restricciones? ¿Qué se espera para el invierno? Aquí la situación de algunos países.Italia

Las manifestaciones contra las drásticas medidas anticovid del gobierno en Italia han disminuido en gran medida. Desde el 15 de octubre, Roma impone las medidas más estrictas de todos los países de la UE. Todo empleado debe presentar un pasaporte sanitario en el que conste que han sido vacunados contra el COVID-19, se han recuperado o han dado negativo a una prueba en las últimas 48 horas. Así, los italianos pueden elegir entre la vacunación o el desempleo. Quien quiera salir a comer o ir al cine también debe presentar su pasaporte sanitario. Y las mascarillas siguen siendo obligatorias en los espacios públicos cerrados.

Esta política está funcionando, porque con solo 29 nuevas infecciones por cada cien mil habitantes, Italia es ahora uno de los alumnos modelo de Europa. A principios del año pasado, Italia fue el primer país de Europa que se vio afectado por la pandemia, con un elevado número de casos y muertes. El primer ministro Mario Draghi ha optado por estas medidas para garantizar la recuperación de la economía italiana. Le ayuda el hecho de que la mayoría de los italianos acepten el “Pasaporte COVID-19” y que el 80 por ciento de los adultos ya estén vacunados.

Gran Bretaña

Gran Bretaña había recibido críticas a principios de este año por su campaña de vacunación rápida. Pero la ventaja del comienzo temprano parece haber desaparecido: algunos virólogos sospechan que el efecto de la vacuna de AstraZeneca podría desaparecer después de solo medio año. El 79 por ciento de los británicos adultos están ahora totalmente vacunados.

Con unos 458 casos (por cada 100.000 habitantes), el país está experimentando actualmente un fuerte aumento de nuevas infecciones. Las muertes y los ingresos hospitalarios también son correspondientemente altos. El Gobierno británico había levantado prácticamente todas las restricciones a mediados de julio en el llamado “Día de la Libertad”. Desde entonces, también se ha animado a los trabajadores a dejar el teletrabajo y volver a las oficinas. Además, el tráfico de pasajeros casi ha vuelto a niveles prepandemia.

Los expertos ya habían advertido en verano que el levantamiento de todas las restricciones era prematuro. Ahora, los representantes del sistema sanitario piden, por ejemplo, que se reintroduzca la obligatoriedad de las mascarillas en los lugares públicos, y advierten de una “crisis invernal”. Pero el gobierno rechaza actualmente nuevas restricciones.

Letonia

Por su parte, Letonia acaba de imponer una nueva cuarentena hasta mediados de noviembre. Con 765 nuevas infecciones (por cada 100.000), el estado báltico se sitúa a la cabeza de las estadísticas europeas, y el número de muertes y de enfermedad severa muestra una fuerte tendencia al alza. Solo algo más de la mitad de los letones están vacunados, lo que confirma la tendencia de otros países de Europa del este. Están casi siempre muy por detrás de sus vecinos occidentales, porque el escepticismo sobre la vacunación es especialmente alto y la confianza en las autoridades tiende a ser baja.

“Pido disculpas a los que ya se han vacunado, pero las restricciones se aplicarán para todos”, dijo el lunes el primer ministro Krisjanis Karins. En este confinamiento, todos los restaurantes, cines y otros lugares públicos volverán a permanecer cerrados, y se aplicará un toque de queda desde las 20:00 hasta las 5:00 horas. Solo las tiendas de alimentos permanecerán abiertas. Y se le ha pedido a los letones que vuelvan a hacer teletrabajo.

Portugal

Portugal es el ejemplo opuesto. El gobierno de Lisboa impuso duras cuarentenas desde el principio. Ahora, el país ha registrado bajas tasas de contagios (43 por cada 100.000 habitantes), acompañadas de pocas muertes e ingresos hospitalarios. El secreto aquí radica en una campaña de vacunación exitosa y ejemplar. El 85 por ciento de los portugueses están totalmente vacunados contra el coronavirus, liderando las estadísticas internacionales.

Este éxito se basa en la planificación casi militar de la campaña de vacunación por parte de un almirante de la marina portuguesa. Se hizo cargo del “grupo de trabajo” frente al coronavirus en febrero y utilizó grandes instalaciones deportivas para vacunar allí como si se tratara de una línea de montaje. Entretanto, el oficial declaró que la misión se había completado con éxito.

Alemania

Mientras que Alemania parecía ser ejemplar a la hora de enfrentar la pandemia el año pasado, la campaña de vacunación tambalea ahora. Solo el 66 por ciento de los ciudadanos se ha vacunado completamente, lo que sitúa a Alemania por detrás de Francia, España, Italia y otros países vecinos, y el número de los que siguen dispuestos a vacunarse se considera bajo. La situación parece especialmente sombría en los estados del este de Alemania.

A diferencia de otros países de la UE, Alemania ha prescindido por completo de las medidas de vacunación obligatoria. Una encuesta realizada entre personal hospitalario mostró que los escépticos de la vacunación seguían temiendo los efectos secundarios y muchos querían seguir esperando. En Francia, la tasa de vacunación aumentó bruscamente cuando se obligó a vacunar al personal sanitario, a la policía y a los bomberos, y se introdujo el “Pasaporte COVID-19” para viajar e ir a restaurantes.

Aunque Alemania sigue estando en el rango más bajo de nuevos contagios semanales en las estadísticas oficiales, la baja tasa de vacunación debería preocupar ante la proximidad del invierno. Además, las medidas de protección se aplican con distintos grados de rigor en los estados federales y sigue habiendo un mosaico de normativas.

(ct/er)ACTUALIDAD | DW

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