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En Alemania se realizan muchas veces demasiados estudios médicos y operaciones innecesarias. ¿Cómo frenar el auge de intervenciones médicas superfluas en un sistema que cuenta con toda la tecnología de avanzada?Casos como este se repiten en Alemania: una joven necesita una receta para renovar sus anteojos y va al oculista. Este lleva a cabo una medición del campo visual, un estudio profiláctico, no necesariamente urgente. Así, el profesional detecta un trastorno visual mínimo que la paciente ni siquiera había notado. El oculista ordena una tomografía de resonancia magnética (TRM) del cráneo, y las imágenes muestran un engrosamiento del nervio óptico. El oculista prescribe una operación. La paciente es operada y durante la intervención de produce una hemorragia cerebral, por lo cual la operación se interrumpe. Como consecuencia, la paciente sufre una parálisis de un lado de la cara. Más tarde se confirma que el engrosamiento del nervio óptico no era problemático en este caso.
El profesor Martin Scherer, de la Clínica Universitaria de Hamburgo-Eppendorf, médico general y experto en excesos en diagnóstico y tratamiento, explica por qué suceden este tipo de cosas. Parece paradójico que se pueda hablar de un “exceso” de diagnóstico y terapia, pero eso ocurre cuando esas medidas no ayudan al paciente, no son deseadas por este, y también cuando lo perjudican. Después de todo, en la medicina no siempre rige el lema “mientras más, mejor”. Porque “cada diagnóstico y cada terapia podrían ser, en principio, perjudiciales”, señala Scherer. A menudo se detectan anomalías en los análisis y en las radiografías que, de no haber sido percibidas, no habrían tenido ninguna consecuencia negativa. Pero una vez que son detectadas, pueden hacer que una persona sana se enferme.
Cáncer de próstata: no todos los tumores deben tratarse
Eso sucede, por ejemplo, con la detección temprana de cáncer de próstata. En muchos hombres se determina la presencia en la sangre del antígeno prostático específico, o PSA, una proteína producida tanto por células normales como por células malignas de la glándula prostática. Se trata de una sustancia cuyo nivel, en caso de haber un tumor, aumenta. De eso podría deducirse que los hombres deberían determinar su nivel de PSA en sangre a menudo, para poder evitar enfermar de cáncer de próstata. Sin embargo, esto no es así. El cáncer de próstata es, sin duda, una enfermedad que representa un potencial peligro para la vida. A veces, un tumor de ese tipo crece lentamente. Tan lentamente que no es peligroso para el organismo. Y esos niveles -todavía inofensivos- de PSA se detectan en la sangre mucho antes de que provoquen algún síntoma. El problema es que la terapia de un tumor en la próstata puede ser un riesgo en sí misma. Muchas veces se produce una disfunción eréctil e incontinencia como consecuencia de una operación.
Veamos esto en cifras: en 10.000 hombres se pueden evitar 12 muertes por cáncer de próstata a través de test regulares de PSA. En 340 hombres, por el contrario, se detectan con esos test formas inofensivas, que son tratadas, con las correspondientes secuelas. Dado que realizarse esa prueba no siempre representa una ventaja, los hombres deben decidir por sí mismos si hacérsela o no, y ellos mismos cargan con los costos. Una decisión difícil.
Alemania, a la cabeza en exceso de tratamiento médico
Hay muchos ejemplos en los que se exagera en cuanto a diagnósticos y tratamientos en Alemania. Por ejemplo, en la prescripción de antibióticos en caso de inflamación de la garganta. La causa, la mayoría de las veces, son virus y no bacterias, por lo cual los antibióticos no surten ningún efecto. También es de resaltar el aumento de operaciones, por ejemplo, de la columna vertebral en casos de afecciones en la espalda que también podrían haber sido tratadas sin intervención quirúrgica. Y así sucesivamente.
No se trata de un problema menor. El exceso de tratamiento médico ocasiona cerca del 20% de los gastos en salud en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Alemania es uno de los Estados que van a la cabeza. Aquí, los gastos en salud son un 40% más altos que en el promedio de los países de la Unión Europea. Ese dinero se podría gastar en otras áreas.
Un de las causas del exceso es la remuneración. En el sistema sanitario alemán se premia el accionismo, dice Scherer: “A nadie se le paga por consultas detalladas”, explica el presidente de la Sociedad Alemania de Medicina General y Familiar. Llevar a cabo una operación, por ejemplo, siempre es más lucrativo que no realizarla. Una encuesta entre los médicos jefes alemanes lo confirma: el 40% considera que el elevado número de casos en sus clínicas se debe a las condiciones económicas generales.
Miedo a demandas e inseguridad
Pero no solo los estímulos económicos son un problema. En encuestas, médicas y médicos manifiestan que realizan demasiados estudios por miedo a incurrir en mala praxis. Temen ser demandados legalmente en caso de no llevar a cabo determinados estudios u operaciones, a menudo, sin conocer a fondo el aspecto jurídico de su práctica médica.
Según el juramento hipocrático, lo más importante es no perjudicar al paciente: “Primum non nocere”.
Se debe fomentar el “menos es más”
Martin Scherer pide que se fomente la cultura del “menos es más”, también en la Medicina. Para ello se necesita que médicas y médicos tengan también el valor de “no actuar”·en determinados casos. Pero eso puede ser laborioso y requerir tiempo y paciencia.
Los pacientes también pueden ayudar. Según Scherer, a menudo son los pacientes los que llegan con esas expectativas a la consulta del médico: si no reciben una inyección o un medicamento, muchos sienten que no se les está dando el tratamiento adecuado.
Para Scherer, debe producirse un cambio de mentalidad en todos, tanto en los pacientes como en los responsables del sistema de salud.
Hay iniciativas internacionales para promover esto entre los médicos. La iniciativa “elegir sabiamente”, por ejemplo, tiene como objetivo crear conciencia entre los profesionales de la medicina sobre qué es lo necesario en el tratamiento médico de los pacientes y de qué se puede prescindir, según la situación. Pero estos también exigen una remuneración adecuada por consultas médicas. De esa forma se podría evitar en el futuro que se realicen exámenes innecesarios por incentivos económicos.
(cp/ers)En Alemania se realizan muchas veces demasiados estudios médicos y operaciones innecesarias. ¿Cómo frenar el auge de intervenciones médicas superfluas en un sistema que cuenta con toda la tecnología de avanzada?Casos como este se repiten en Alemania: una joven necesita una receta para renovar sus anteojos y va al oculista. Este lleva a cabo una medición del campo visual, un estudio profiláctico, no necesariamente urgente. Así, el profesional detecta un trastorno visual mínimo que la paciente ni siquiera había notado. El oculista ordena una tomografía de resonancia magnética (TRM) del cráneo, y las imágenes muestran un engrosamiento del nervio óptico. El oculista prescribe una operación. La paciente es operada y durante la intervención de produce una hemorragia cerebral, por lo cual la operación se interrumpe. Como consecuencia, la paciente sufre una parálisis de un lado de la cara. Más tarde se confirma que el engrosamiento del nervio óptico no era problemático en este caso.
El profesor Martin Scherer, de la Clínica Universitaria de Hamburgo-Eppendorf, médico general y experto en excesos en diagnóstico y tratamiento, explica por qué suceden este tipo de cosas. Parece paradójico que se pueda hablar de un “exceso” de diagnóstico y terapia, pero eso ocurre cuando esas medidas no ayudan al paciente, no son deseadas por este, y también cuando lo perjudican. Después de todo, en la medicina no siempre rige el lema “mientras más, mejor”. Porque “cada diagnóstico y cada terapia podrían ser, en principio, perjudiciales”, señala Scherer. A menudo se detectan anomalías en los análisis y en las radiografías que, de no haber sido percibidas, no habrían tenido ninguna consecuencia negativa. Pero una vez que son detectadas, pueden hacer que una persona sana se enferme.
Cáncer de próstata: no todos los tumores deben tratarse
Eso sucede, por ejemplo, con la detección temprana de cáncer de próstata. En muchos hombres se determina la presencia en la sangre del antígeno prostático específico, o PSA, una proteína producida tanto por células normales como por células malignas de la glándula prostática. Se trata de una sustancia cuyo nivel, en caso de haber un tumor, aumenta. De eso podría deducirse que los hombres deberían determinar su nivel de PSA en sangre a menudo, para poder evitar enfermar de cáncer de próstata. Sin embargo, esto no es así. El cáncer de próstata es, sin duda, una enfermedad que representa un potencial peligro para la vida. A veces, un tumor de ese tipo crece lentamente. Tan lentamente que no es peligroso para el organismo. Y esos niveles -todavía inofensivos- de PSA se detectan en la sangre mucho antes de que provoquen algún síntoma. El problema es que la terapia de un tumor en la próstata puede ser un riesgo en sí misma. Muchas veces se produce una disfunción eréctil e incontinencia como consecuencia de una operación.
Veamos esto en cifras: en 10.000 hombres se pueden evitar 12 muertes por cáncer de próstata a través de test regulares de PSA. En 340 hombres, por el contrario, se detectan con esos test formas inofensivas, que son tratadas, con las correspondientes secuelas. Dado que realizarse esa prueba no siempre representa una ventaja, los hombres deben decidir por sí mismos si hacérsela o no, y ellos mismos cargan con los costos. Una decisión difícil.
Alemania, a la cabeza en exceso de tratamiento médico
Hay muchos ejemplos en los que se exagera en cuanto a diagnósticos y tratamientos en Alemania. Por ejemplo, en la prescripción de antibióticos en caso de inflamación de la garganta. La causa, la mayoría de las veces, son virus y no bacterias, por lo cual los antibióticos no surten ningún efecto. También es de resaltar el aumento de operaciones, por ejemplo, de la columna vertebral en casos de afecciones en la espalda que también podrían haber sido tratadas sin intervención quirúrgica. Y así sucesivamente.
No se trata de un problema menor. El exceso de tratamiento médico ocasiona cerca del 20% de los gastos en salud en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Alemania es uno de los Estados que van a la cabeza. Aquí, los gastos en salud son un 40% más altos que en el promedio de los países de la Unión Europea. Ese dinero se podría gastar en otras áreas.
Un de las causas del exceso es la remuneración. En el sistema sanitario alemán se premia el accionismo, dice Scherer: “A nadie se le paga por consultas detalladas”, explica el presidente de la Sociedad Alemania de Medicina General y Familiar. Llevar a cabo una operación, por ejemplo, siempre es más lucrativo que no realizarla. Una encuesta entre los médicos jefes alemanes lo confirma: el 40% considera que el elevado número de casos en sus clínicas se debe a las condiciones económicas generales.
Miedo a demandas e inseguridad
Pero no solo los estímulos económicos son un problema. En encuestas, médicas y médicos manifiestan que realizan demasiados estudios por miedo a incurrir en mala praxis. Temen ser demandados legalmente en caso de no llevar a cabo determinados estudios u operaciones, a menudo, sin conocer a fondo el aspecto jurídico de su práctica médica.
Según el juramento hipocrático, lo más importante es no perjudicar al paciente: “Primum non nocere”.
Se debe fomentar el “menos es más”
Martin Scherer pide que se fomente la cultura del “menos es más”, también en la Medicina. Para ello se necesita que médicas y médicos tengan también el valor de “no actuar”·en determinados casos. Pero eso puede ser laborioso y requerir tiempo y paciencia.
Los pacientes también pueden ayudar. Según Scherer, a menudo son los pacientes los que llegan con esas expectativas a la consulta del médico: si no reciben una inyección o un medicamento, muchos sienten que no se les está dando el tratamiento adecuado.
Para Scherer, debe producirse un cambio de mentalidad en todos, tanto en los pacientes como en los responsables del sistema de salud.
Hay iniciativas internacionales para promover esto entre los médicos. La iniciativa “elegir sabiamente”, por ejemplo, tiene como objetivo crear conciencia entre los profesionales de la medicina sobre qué es lo necesario en el tratamiento médico de los pacientes y de qué se puede prescindir, según la situación. Pero estos también exigen una remuneración adecuada por consultas médicas. De esa forma se podría evitar en el futuro que se realicen exámenes innecesarios por incentivos económicos.
(cp/ers)ACTUALIDAD | DW