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Tras la presentación de renuncias de una parte de su gabinete, el presidente Alberto Fernández hizo un llamado a la responsabilidad y la unidad y remarcó que él decidirá el rumbo de su gobierno. Su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, respondió con una dura carta en la que pidió cambios y exhortó al mandatario a que «honre la voluntad del pueblo argentino».
La coalición de gobierno se resquebraja en Argentina. El desastre electoral del gobernante Frente de Todos en las primarias legislativas del domingo pasado parecen haber profundizado las diferencias entre el presidente Alberto Fernández, que responde a un ala más moderada del peronismo, y su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, líder de la facción kirchnerista de la alianza.
Las renuncias de cinco ministros y otros altos funcionarios ligadas al sector ‘K’ abrieron un escenario de inestabilidad en el Ejecutivo. Y mientras el mandatario intenta sellar las goteras en la Casa Rosada, se encontró con una dura respuesta de su segunda en el mando, quien le reclama una respuesta más contundente tras el rechazo planteado por la ciudadanía en las urnas.
El primero en manifestarse el pasado 16 de septiembre fue el presidente, a través de su cuenta de Twitter. En una serie de publicaciones, Alberto Fernández admitió que «la coalición de gobierno debe escuchar el mensaje de las urnas», pero pidió actuar con «responsabilidad» y defender «la unidad del Frente de Todos a partir del respeto que nos debemos».
“No es este el tiempo de plantear disputas que nos desvíen de [nuestro] camino” reafirmó el mandatario en su cuenta de Twitter. A la vez, pareció marcar la cancha ante las presiones de sus socios en el Ejecutivo: «La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido».
Tras los mensajes del jefe de Estado, Cristina Fernández de Kirchner publicó una extensa carta de respuesta, en la que se distinguió claramente de algunos ejes de las políticas del gobierno, y le pidió al presidente «honrar la voluntad del pueblo argentino», realizando cambios de funcionarios en su gabinete.
En referencia al fracaso electoral del domingo, la vicepresidenta lamentó que «al día siguiente de semejante catástrofe política, uno escuchaba a algunos funcionarios y parecía que en este país no había pasado nada, fingiendo normalidad y, sobre todo, atornillándose a los sillones”.
“¿En serio creen que no es necesario, después de semejante derrota, presentar públicamente las renuncias y que se sepa la actitud de los funcionarios y funcionarias de facilitarle al Presidente la reorganización de su gobierno?», agregó.
Aunque expresó su confianza en que Alberto Fernández «va a relanzar su gobierno», la vicepresidenta denunció ser víctima de «operaciones de prensa» que nacen «desde el propio entorno presidencial». En concreto, hizo referencia a las versiones de que había pedido la renuncia del ministro de Economía, Martín Guzmán. Negó haberlo hecho y contó que se comunicó con el dirigente para aclarárselo.
No obstante esto, la también expresidenta y exsenadora manifestó también que en sus reuniones con el presidente este año -la última el martes pasado y, según ella, la mayoría de los encuentros «a iniciativa mía»- le pidió algunos cambios en cuanto a su política económica.