Last Updated on diciembre 6, 2025 by Deutsche Welle
Hamburgo y Werder Bremen se reencuentran en la élite tras una larga ausencia. Patadas míticas, rachas amargas y una lucha por la supervivencia en la Bundesliga.Entre los múltiples odios deportivos que hacen eco en la Bundesliga, el “Nordderby” (derbi del norte) entre el Hamburgo y el Werder Bremen se hizo extrañar en la élite futbolística durante siete largos años. La abstinencia, sin embargo, no fue continua, entre medio hubo dos enfrentamientos en la segunda división, con una victoria por bando. Tras décadas de rivalidad, el derbi vuelve a sacudir el norte de Alemania. “El partido más importante” En esta rivalidad hay recuerdos frescos de capítulos acalorados, como por ejemplo en 2008, cuando el entonces portero del Bremen Tim Wiese lanzó una patada de Kung-fu sobre Ivica Olic, quien de milagro no resultó decapitado por la osadía del rival: “Toqué la pelota y lo toqué a él”, dijo Wiese a la prensa. Sorpresivamente, el exarquero alemán solo vio la cartulina amarilla, y no la cárcel. También viene a la mente el loco maratón de derbis con cuatro duelos en 19 días un año después. Pero por ahora, esta rivalidad salvaje se lista para vivir su edición 109 en Bundesliga, de la cual, por cierto, ambos clubes son miembros fundadores. Dos ciudades separadas por solo 91 kilómetros. “Es uno de los derbis con más tradición en el mundo y haremos todo lo posible por ganarlo”, dijo el defensor del Werder, Amos Pieper, antes de afrontar su primer Nordderby. “Será definitivamente el partido más importante para todos los aficionados del Werder y para toda la ciudad de Bremen”, remató su compañero Romano Schmid según el portal “Deichstube”. Lucha por la supervivencia Podría decirse que el Hamburgo llega con un sabor agridulce al compromiso norteño de la jornada 13. Si bien tuvo el desparpajo de vencer 2-1 con gol de último minuto (94) a un competidor top como es el Stuttgart, también muestró su lado vulnerable tras caer 2-4 en partido de Copa ante un Holstein Kiel que navega sin rumbo de la liga de ascenso. Lo más importante es “pasar página rápidamente”, dijo Merlin Polzin, entrenador del club hanseático como placebo para sacudirse la resaca con la vista puesta en el candente derbi. Pero el recién ascendido Hamburgo logró alejarse de los puestos de descenso gracias a la victoria in extremis contra el Stuttgart. La distancia, no obstante, son solo cuatro puntos de ventaja sobre la plaza de promoción, de manera que los hamburguenses podrían volver a verse en apuros rápidamente si la reacción fuese un simple chispazo. El Werder, por su parte, está cuatro puntos por delante del rival, en el noveno puesto, y sacudido igualmente por otro gol agónico encajado por Said el Mala en el empate ante el Colonia, donde ya lo llaman “El Maladona”: “No sé quién lo ha inventado. ¡Suena genial!”, dice el chico de 19 años con ahora 5 goles en Bundesliga. Pero esa es otra historia. La mentalidad se impone Los hamburguenses vuelven a tener problemas en ataque: Robert Glatzel está de baja por una rotura de fibras en el muslo derecho y el capitán Yussuf Poulsen también estuvo ausente recientemente por molestias. Sin novedades negativas de última hora, el Werder llega al fin de semana con sus piezas clave Romano Schmid y Jens Stage, mientras el joven Karim Coulibaly, de 18 años, entusiasma a la afición. El entrenador Horst Steffen ha confiado en su talento defensivo en los doce partidos transcurridos en la temporada, y en Hamburgo probablemente lo echan de menos, pues se formó su cantera. “Para mí, el partido está bastante equilibrado de antemano. Los jugadores del Werder tienen mucha más experiencia en la Bundesliga, pero eso no es decisivo en un derbi así”, dijo el exprofesional Martin Harnik, quien jugara en ambos clubes y ganador de la Copa con el Werder Bremen en la temporada 2008/2009. “En general, un partido así se decide mucho en la cabeza”, afirmó Harnik desde su experiencia en este tipo de encuentros.
