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Desde que el ejército ruso invadió Ucrania, los servicios de inteligencia occidentales han acusado a Moscú de librar una guerra híbrida. El fenómeno no es nuevo, pero los métodos son cada vez más sofisticados.Un avión de carga de la empresa alemana de paquetería DHL se estrella en Lituania, dos cables submarinos de datos resultan dañados en el mar Báltico y un ultraderechista prorruso gana sorprendentemente la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Rumania. Tres noticias de esta semana que llaman la atención.
Aunque hasta ahora no se haya demostrado nada, varios políticos y servicios de inteligencia occidentales sospechan que detrás de todos estos incidentes podría estar el mismo autor: Rusia. Aunque los peligros que plantea la llamada «guerra híbrida” que emana del Kremlin no son nuevos, los expertos advierten que han aumentado drásticamente desde la invasión rusa de Ucraniaen 2022.
«Guerra híbrida” es la ampliación de las operaciones de combate puramente militares con la ayuda del espionaje, el sabotaje, los ciberataques, la interferencia electoral, la propaganda o las campañas de desinformación, con el objetivo de debilitar y desestabilizar al enemigo desde dentro. Los expertos advierten que Rusia ha ampliado continuamente su arsenal de opciones de guerra híbrida en los últimos años. Una panorámica:
Espionaje
Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, los Estados europeos han expulsado a unos 500 diplomáticos rusos. El servicio secreto británico MI5 considera espías al menos a 400 de ellos. Se dice que muchas embajadas y consulados generales rusos están equipados con tecnología punta de comunicación y espionaje.
Esto no puede probarse sin lugar a dudas; al fin y al cabo, los edificios se consideran territorios rusos y gozan del estatus de protección diplomática. Además, el servicio secreto holandés ha advertido que Rusia está dotando a espías de documentos falsos y los introduce clandestinamente en instituciones occidentales, como hombres de negocios.
Ciberataques
En Alemania, la Oficina Federal de Seguridad de la Información (BSI) advierte de que el nivel de amenaza en el ciberespacio es también «más alto que nunca”. El espionaje y el sabotaje están en auge en Internet. «Antes de la invasión rusa de Ucrania, los grupos de atacantes asociados a Rusia eran especialmente activos con el ciberespionaje y los ataques de ransomware con motivación financiera. Desde la agresión bélica rusa contra Ucrania, el espectro de amenazas se ha ampliado”, afirma el BSI.
Por ejemplo, «el número de ataques DDoS por parte de ‘hacktivistas’ prorrusos” ha aumentado considerablemente»: Se trata de inundar sitios web o servidores institucionales con tanto tráfico malicioso que ya no pueden funcionar debido a la sobrecarga. Asimismo aumentan los ataques de hackers dirigidos a penetrar en las redes protegidas de empresas o instituciones.
Desinformación y propaganda
Otro importante campo de actividad de la guerra híbrida es el intento de influir en la opinión pública del país objetivo. Para ello, se difunden informaciones falsas y narrativas prorrusas o antiucranianas, ya sea a través de las llamadas fábricas de trolls en los medios sociales o a través de medios rusos en el extranjero.
Interferencia en las elecciones y los procesos políticos
Uno de los principales objetivos de estas campañas de desinformación es socavar el apoyo a Ucrania entre la población. Otro es socavar la estabilidad política en el país objetivo (democrático), reforzando a los partidos extremistas y a sus candidatos. Esto se hace, por ejemplo, mediante el apoyo financiero.
Los ataques de pirateo y filtración también forman parte del repertorio: se piratea deliberadamente a políticos o partidos y se publican documentos confidenciales, a veces incluso mezclados con documentos falsificados, poco antes de las elecciones. Así ocurrió, por ejemplo, en las elecciones estadounidenses de 2016 y en la campaña de las elecciones presidenciales francesas de 2017.
Asesinatos selectivos
De hecho, los asesinatos selectivos de miembros de la oposición también entran en la categoría de guerra híbrida. El hecho de que el presidente ruso, Vladimir Putinno rehúya los ataques en el extranjero queda demostrado, por ejemplo, con el asesinato en el Tiergarten de Berlín de un ex comandante checheno que, al parecer, luchó contra Moscú en la Segunda Guerra de Chechenia, o los atentados contra el crítico del Kremlin Alexander Litvinenko en el Reino Unido, en 2006, o contra el doble agente ruso Sergei Skripal y su hija Yulia, en 2018. Hasta ahora, han sido principalmente ciudadanos rusos los que han sido víctimas de estos ataques.
(gg/ers)